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Exhuman restos de médico venezolano que será beatificado

El médico José Gregorio Hernández fue declarado venerable en 1986 por el entonces papa Juan Pablo II

Via AP news wire
Lunes, 26 de octubre de 2020 16:52 EDT
Un devoto del difunto Dr. José Gregorio Hernández sostiene su foto y un rosario afuera de la iglesia La Candelaria.
Un devoto del difunto Dr. José Gregorio Hernández sostiene su foto y un rosario afuera de la iglesia La Candelaria.

Los restos del médico José Gregorio Hernández, conocido popularmente como el “médico de los pobres”, fueron exhumados este lunes en una ceremonia cerrada en una iglesia del centro de Caracas como parte de las exigencias del Vaticano para la beatificación del primer laico venezolano.

Entre cantos religiosos, el himno nacional y el joropo del Alma Llanera, que es considerado como el segundo himno de Venezuela, las autoridades católicas locales exhumaron, con el apoyo de un grupo de médicos forenses y otros especialistas, los restos de Hernández que estaban en una pequeña caja de cemento.

En el año 1975 se realizó una primera exhumación de los restos del venerable para llevarlos al Santuario Nuestra Señora de la Candelaria, en el centro de la ciudad, donde se encuentra en la actualidad.

“La emoción me embarga en este momento porque hemos participado en un acto que es único y sólo se da unas contadas ocasiones”, afirmó el cardenal venezolano Baltazar Porras tras presenciar la exhumación que tiene como finalidad la verificación de la condición de los restos de Hernández, quien será beatificado en los primeros meses de 2021 en el Vaticano.

Porras dijo a la prensa que las autoridades procederán a realizar los protocolos sanitarios y jurídicos para el reconocimiento de los restos y garantizar su conservación. El cardenal agregó que durante la revisión inicial de los restos observó pequeños huesos, tierra y unos trozos de metal y madera que se presume formaron parte de la urna en la que estuvo Hernández tras su muerte ocurrida el 29 de junio de 1919 en la capital venezolana.

A pesar de que el acto se realizó a puertas cerradas en la iglesia con la presencia de algunas autoridades eclesiásticas, embajadores, religiosos e invitados especiales, más de un centenar de seguidores, portando velas, rosarios e imágenes del Hernández, se concentraron a las afueras del templo para acompañar la ceremonia y rendir homenaje.

Entre los asistentes estaba Marianela Hulett, una ama de casa de 56 años, quien con el rostro y la cabeza cubierta con un gran pañuelo negro para protegerse del nuevo coronavirus afirmó que decidió acudir a las afueras del templo para “acompañar a José Gregorio porque es el comienzo para la justicia de que sea declarado no venerable sino santo porque es el santo de Venezuela”.

Sentada sobre el borde de una de las jardineras de la iglesia, Hulett recordó que la devoción a Hernández la inició a los 14 años cuando asegura que el médico se le apareció tras sufrir una apendicitis aguda. “Cuando se me apareció no sabía quién era. Creía que era un médico del hospital y después con el tiempo me enteré que era un santo que se presentó y me salvó”, agregó la ama de casa.

Tras arrodillarse frente a la reja de la iglesia y con los ojos llenos de lágrimas Víctor Márquez, un humilde empleado de una fábrica de hielo de 27 años, también celebró la beatificación de Hernández y dijo que venía a despedirlo “porque se nos va para Roma”.

“Celebro junto a toda Venezuela, con alegría y orgullo patrio, el natalicio de nuestro Santo, el Dr. José Gregorio Hernández”, expresó el lunes en su cuenta de Twitter el mandatario venezolano Nicolás Maduro. El líder opositor y jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, también se sumó a los festejos e indicó en su cuenta de la red social que “celebremos unidos y con fe este paso en el camino del siervo de Dios a los altares”.

Hernández nació en 1864 en la población de Isnotú, en el estado occidental de Trujillo, y murió en Caracas a los 54 años a causa de un impacto que sufrió en la cabeza con el borde de una acera tras ser golpeado por un vehículo. El médico fue declarado venerable en 1986 por el entonces papa Juan Pablo II, pero debió esperar 71 años para su beatificación.

El caso que impulsó la beatificación fue el de la niña venezolana Yaxury Solorzano, quien quedó gravemente herida tras recibir un disparo en la cabeza y logró recuperarse por completo en un milagro que es atribuido a Hernández.

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