La última táctica de Italia para vencer a la mafia: Quitarles los hijos a los mafiosos
En las ciudades donde la mafia es más fuerte, algunos sostienen que para evitar que la siguiente generación se dedique a la delincuencia, hay que apartar a los niños de sus familias mafiosas, informó Sofia Barbarani en Spoleto
Nacida por necesidad a finales del siglo XIX para llenar un vacío en la débil aplicación de la ley en Sicilia, la mafia italiana evolucionó rápidamente y tuvo un gran auge tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Con el tiempo, grupos como la Cosa Nostra, la ‘Ndrangheta y la Camorra se situaron entre las principales organizaciones criminales del mundo, traficando con drogas, extorsión y lavado de dinero.
Las detenciones de alto nivel, las operaciones encubiertas y las instituciones gubernamentales creadas con el propósito de detener a los clanes han logrado resultados limitados, ya que siguen dejando víctimas a su paso y costando al Estado una importante suma de dinero.
Pero mientras tanto el Estado como los ciudadanos luchan por derrotarlos, algunos activistas antimafia han solicitado plantear un plan de batalla diferente y controvertido: retirar a los recién nacidos de los padres de los clanes.
“La mayoría de las veces, la mafia tiene a los niños para el trabajo, no por amor”, declaró a The Independent el consejero regional de Campania Francesco Emilio Borrelli. “No se puede salvar a un niño si ya se ha convertido en un delincuente: Hay que retirarlo poco después del nacimiento, una vez destetado.”
Borrelli y otros creen que el Estado debería considerar la posibilidad de despojar a los padres de la mafia de la patria potestad y dar a los niños en adopción.
Los grupos mafiosos patriarcales y familiares, como la Cosa Nostra y la Camorra, suelen confiar en sus hijos para que los ayuden y, en última instancia, hereden el negocio familiar. Estos lazos de sangre han hecho prácticamente imposible que el gobierno italiano pueda acabar con ellos.
El controvertido proyecto lleva años gestándose. En 2017, los medios locales informaron que el Consejo Superior de la Magistratura italiano respondió positivamente a la propuesta, instando al Parlamento a considerarla, pero desde entonces no se han obtenido resultados tangibles.
“Nos hemos encontrado con muchos obstáculos”, dijo el señor Borrelli. “Algunos sostienen que los derechos de los padres están por encima de todo y eso es incorrecto: lo primero es el interés del niño”.
Se han hecho otros intentos para debilitar a las organizaciones criminales reubicando a los miembros vulnerables de la familia en otras partes de Italia y reintegrándolos en la sociedad.
En 2012, un juez creó el proyecto “Free to Choose”, respaldado por el gobierno, en un intento de brindar una oportunidad para un nuevo comienzo a los hijos de los jefes de la mafia. Desde entonces, unos 80 niños y 30 familias han escapado de la delincuencia.
En Nápoles, la ciudad natal de Borrelli, donde la Camorra reina imperturbable, hay unas 1.000 familias que, durante las últimas cinco décadas, han criado a sus hijos dentro del sistema criminal.
“La mayoría de las veces, la mafia hace hijos para el trabajo, no por amor”
Concejal Francesco Emilio Borrelli
Hoy en día, adolescentes armados recorren los pintorescos callejones mientras niñas de apenas seis años empaquetan y distribuyen cocaína en la parte trasera de motonetas. Algunos menores han dejado de ir a la escuela y tienen dificultades para leer y escribir.
Mientras que muchos de los hijos de los principales capos de la mafia suelen estar alejados del mundo criminal y se crían en el privilegio y el anonimato, los hijos de la clase media de las bandas se introducen rápidamente en el negocio familiar, lo que los hace imposibles de emplear y susceptibles de ir a la cárcel.
“Si salen de la cárcel, su reinserción en la sociedad es extremadamente complicada porque son en su mayoría analfabetos y no tienen formación profesional”, destacó Borrelli. “En la mayoría de los casos, cuando estos chicos cumplen 11 o 12 años, las posibilidades de recuperación son escasas o nulas, y se convierten en delincuentes”.
Pero no todos tienen la misma visión fatalista.
“No hay una receta mágica, pero incluso los que han crecido en un entorno contaminado por la delincuencia pueden salvarse”, afirmó Darío Cirrincione, periodista y escritor que ha realizado una rara inmersión en la vida de los hijos de los miembros de la mafia que dejaron atrás la delincuencia.
Según Cirrincione, las actividades delictivas pueden disminuirse sacando momentáneamente a los niños y adolescentes de sus hogares y dándoles la oportunidad de vivir una nueva vida, al tiempo que se les proporciona apoyo psicológico. Varios de estos proyectos llevan años funcionando en Italia y en algunos casos han tenido éxito.
“¿Es conveniente sacar a estos niños [de sus casas] para mostrarles que hay otro universo? Sí. ¿Es apropiado sacarlos y hacer que renieguen de su padre y de su madre? No siempre”, agregó Cirrincione.
“Apartar a un niño de su familia no resuelve el asunto; en todo caso, se corre el riesgo de criar una generación enfadada”, explicó Cirrincione. “La única manera de contrarrestar a la mafia es a través de la educación, la cultura y disipando mitos: tenemos una tarea difícil.”