Abarrotan refugios de migrantes en la frontera entre México y EEUU
Durante los primeros días de 2022, los albergues ubicados entre ambas naciones registraron su máxima capacidad. En la última semana de diciembre, autoridades tuvieron que abrir dos refugios más por la llegada de miles de haitianos.
La llegada de migrantes indocumentados a la frontera norte de México ha roto todos los esquemas. De acuerdo con autoridades locales, hasta el 1 de diciembre de 2021, se había contabilizado el arribo de 47.000 viajeros, la mayoría provenientes de Haití.
Tan solo en la ciudad de Mexicali, en Baja California, las autoridades atienden a más de 1.300 haitianos en dos refugios que tuvieron que aperturar debido a la gran demanda de lugares para dormir. Se estima que hay varios miles de migrantes más en la frontera, en espera de poder entrar a EEUU, muchos de ellos, de forma irregular.
A la mayoría de los migrantes, el Gobierno de México les proveyó de alimentos, ropa, medicamentos e, inclusive, hasta pruebas de antígenos para evaluar si tenían o no el virus SARS-CoV-2, causante del covid-19 o cualquiera de sus variantes.
En días recientes, la ciudad de Mexicali ofreció cerca de 700 puestos de trabajo, únicamente a los migrantes que han optado por regularizar su estatus en el país azteca. Según funcionarios del gobierno local, se tenía previsto que las personas indocumentadas permanecieran tres meses en dicha nación, pero algunos en tan solo un mes, han podido rehacer su vida sin necesidad de llegar a EEUU.
Hasta el pasado 2 de enero, 1.380 migrantes provenientes de Haití se guarecían en 10 sedes del Centro de Desarrollo Humano Integral (CDHI) del estado.
Cabe mencionar que el 6 de diciembre, entró en vigor el programa “Quédate en México”, acordado por los gobiernos de Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador. Esta medida, que en un inicio fue propuesta por el entonces presidente Donald Trump, obliga a los migrantes que solicitan asilo en EEUU a que permanezcan del otro lado de la frontera hasta que se resuelva su estatus legal.
Con esta medida, se espera que muchos mexicanos permanezcan en su entidad de residencia, con el objetivo de frenar el flujo migratorio que ha puesto en la mira internacional a ambas administraciones por las medidas coercitivas que, en muchas ocasiones, violan sus derechos humanos.