Hidu, el perro recién graduado que se convirtió en héroe por hallar pornografía infantil
Graduado hacía apenas dos semanas de la academia Jordan Detection K9 en Indianápolis, Indiana, el can viajó a México para su primera misión
Jason Maatman, un holandés que defiende abiertamente el abuso sexual de menores, llegó a México para huir de varios procesos judiciales en su país y comenzó a operar una red de pornografía infantil desde la Ciudad de Mëxico en donde fue detenido el pasado 7 junio en flagrancia y con portación de arma de fuego.
Sin embargo, el trabajo para conseguir su captura estuvo caracterizado por contar con Hidu, un perro recién graduado de la academia y entrenado para olfatear TPPO (óxido de trifenilfosfina), un revestimiento químico utilizado en dispositivos electrónicos como las memorias USB y las tarjetas de memoria.
La presencia del hoy detenido en México fue alertada además por la organización Free a Girl, con sede en Holanda, que lucha contra la trata de personas y sigue la pista de Maatman desde el 2014 en que Jason dirigió un blog que apoyaba e impulsaba la legalización de las relaciones sexuales con menores.
“Hace tres semanas, nos enteramos de que Nelson M. parecía estar activo en México, y era un grave peligro para los niños”, dijo Evelien Hölsken, directora de Free a Girl, quien además relató que tras conocer el dato se puso en contacto con Operation Underground Railroad para sondear la posibilidad de iniciar una investigación.
Esta segunda organización se puso en contacto con Maatman a través de diferentes salas de chat de internet, en las que él hablaba de sus actividades de forma abierta, ahí le tendieron una trampa y quedaron de verle.
“Nos dijo: ‘Estoy en una zona muy peligrosa. No quiero darles mi dirección. No quiero que vengan a verme, pero pueden venir a verme a una gasolinera’”, relató Matt Osborne, director de operaciones globales del grupo.
“Tenemos entendido que estaba recibiendo ofertas de otras personas que querían entrar en el negocio con él”, aparentemente para vender o monetizar material sexualmente explícito con niños pequeños, añadió Osborne.
Sin embargo, aunque al momento de detenerlo estaba en posesión de un arma y varias dosis de cocaína, la policía no conocía su domicilio y nadie sabía dónde tenía guardado el material pornográfico.
A través de la red de cámaras de la capital del país se pudo rastrear su recorrido hasta el departamento que rentaba al oriente de la ciudad. Cuando se obtuvo la orden del juez, se ejecutó el cateo en donde Hidu, un labrador negro entrenado por Todd Jordan, en Indianápolis, Indiana, fue pieza clave para dar con el material.
“Según tengo entendido, había un teléfono escondido en un cesto de ropa sucia que olía muy mal; ya sabes, ropa sucia en un rincón en el que nadie entraba”, dijo Osborne.
El perro encontró ese teléfono y otros dispositivos escondidos detrás de un cuadro, pegados a la pared, que contenían cerca de 4 terabytes de material ilegal, según las autoridades.
“El perro olfateó un par de discos duros en algunos lugares de su departamento que eran difíciles de encontrar para los humanos, pero el perro los olfateó”.