Expertos independientes de la ONU acusan a partes en conflicto en Sudán de usar el hambre como arma
Expertos en derechos humanos que trabajan para la ONU acusaron el miércoles a las partes en conflicto de Sudán de usar el hambre como arma de guerra, en medio de crecientes advertencias sobre una hambruna inminente en la nación africana.
Sudán se sumergió en el caos en abril del año pasado, cuando explotaron las crecientes tensiones entre el ejército del país y un famoso grupo paramilitar, las Fuerzas de Apoyo Rápido, convirtiéndose en una lucha abierta en Jartum, la capital, y otras partes del país.
Catorce meses de combates han provocado la muerte de más de 14.000 personas y herido a 33.000 más, de acuerdo con la ONU, pero activistas de derechos humanos afirman que el número de víctimas podría ser mucho mayor.
Se han producido informes generalizados de violencia sexual desenfrenada y otras atrocidades que, de acuerdo con los grupos, equivalen a crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. El conflicto generó la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con más de 11 millones de personas obligadas a huir de sus casas.
“Las FAS y las FAR usan la comida como arma y hacen que los civiles pasen hambre”, dijeron los expertos, usando las iniciales de las Fuerzas Armadas Sudanesas y de las Fuerzas de Apoyo Rápido. “La magnitud del hambre y el desplazamiento vistos hoy en Sudán no tienen precedentes y nunca antes se habían visto”, dijeron.
Ni el ejército ni las FAR devolvieron llamadas telefónicas solicitando sus comentarios.
Los expertos advirtieron que la hambruna se ha vuelto inminente en el país debido a que la ayuda humanitaria ha sido bloqueada y la guerra interrumpió la temporada de cosecha. Añadieron que más de 25 millones de civiles en Sudán, y quienes han huido del país, pasan hambre y necesitan ayuda humanitaria urgente.
En un informe del Instituto Clingendael , publicado el mes pasado, se indica que cerca de 2,5 millones de personas en Sudán podrían morir de hambre para finales de septiembre, siendo las más afectadas alrededor de 15% de la población de las regiones de Darfur y Kordofan.