Estos son los 3 datos erróneos de la fiesta de independencia de México

El 15 y el 16 de septiembre son días de fiesta para los mexicanos, pero, ¿qué tanto se sabe en realidad de lo que sucedió para que México lograra su idependencia de España? Aquí te contamos los datos imprecisos o erróneos sobre el tema

Soledad Villa
Viernes, 15 de septiembre de 2023 17:35 EDT
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La historia la cuentan los vencedores, dice el refrán, por lo que es complicado conocer la versión de los vencidos, pero además existe una reconfiguración de la memoria, según los intereses políticos y sociales de cada momento.

En México, esto sucede con todo lo relacionado a la independencia del país, cuya celebración tiene varios datos falsos o erróneos, empezando por la fecha misma en que la nación logró ser independiente.

El “Grito de Independencia”

En aquella noche de 1810, en la que el cura Miguel Hidalgo y Costilla hizo sonar las campanas de su parroquia en el pequeño poblado de Dolores, en lo que hoy es el estado de Hidalgo, en realidad tenía otros motivos.

Miguel Hidalgo y Costilla era un sacerdote criollo, es decir, era hijo de españoles, educado en las ideas liberales de aquella época que llegaban desde Europa, por lo que formaba parte además de un grupo de conspiradores, encabezados por Ignacio Allende, que buscaban darle mayor protagonismo a los hijos de europeos nacidos en América y derrocar del poder a los nacidos en Europa.

Aunque no hay ningún registro documental de ese momento, entre las diferentes versiones que se escribieron después, se dice que su grito, en realidad, fue “muera el mal gobierno”, refiriéndose a estos europeos que, además, desde 1808 representaban a José Bonaparte, hermano de Napoleón, quien había invadido España y depuesto al rey Fernando VII.

Tras la revisión de varios testimonios, el historiador Carlos Herrejón, destaca el de Juan Aldama, quien sí estuvo presente aquella noche en Dolores y asegura que las palabras de Hidalgo fueron:

"Hijos, ayúdenme a defender la patria. ¡Se acabó la opresión, se acabaron los tributos! El que me siga a caballo tendrá 1 peso. Y el que me siga a pie, 4 reales".

El cura de Dolores buscaba mostrar su apoyo para que el invasor francés saliera de España, pero destruir la figura virreinal europea en América y dar paso a un gobierno formado por los criollos, con el fin de no responder a España mientras estaba invadida por fuerzas extranjeras.

Esta idea, según Herrejón, se contraponía con las intenciones de Allende, quien sí buscaba reafirmar su lealtad a Fernando VII y exigir un gobierno español en la Nueva España.

El 16 de septiembre se conmemora la independencia de México

Hidalgo se adelantó a los planes, porque la conspiración que junto a Miguel y Josefa Domínguez, Ignacio Allende y Juan Aldama configuraron en Querétaro durante meses, estaba planteada para llevarse a cabo en diciembre, durante la fiesta de San Juan de los Lagos, había sido descubierta.

En realidad, esa madrugada de 1810, una turba siguió a Miguel Hidalgo durante varios kilómetros en una marcha rumbo a la capital, pero este levantamiento fue abatido por las tropas reales en cuatro meses.

Hidalgo, Allende, Aldama y José Mariano Jiménez, fueron aprehendidos y decapitados en julio de 1811 en Chihuahua. La historia marca que Pedro Armendáriz, militar encargado del pelotón de soldados que fusiló a Hidalgo, se inscribió posteriormente en la Sociedad “Amigos de Hidalgo”, con el fin de fomentar el culto a la memoria del “Padre de la Patria”.

La insurgencia, sin embargo, ya se había organizado en una milicia, y la lucha por la independencia se extendió más de una década, para terminar el 27 de septiembre de 1821, por lo que apenas el año pasado el país llegó a sus 200 años de vida independiente, aunque el Bicentenario se celebró en el 2010.

Los héroes que nos dieron patria

Aunque en el grito que da el presidente en turno cada 15 de septiembre se mencionan a los iniciadores de la gesta insurgente, en realidad, ninguno llegó a ver consumada la independencia. Fue la participación de otras figuras, como José María Morelos y Pavón, otro sacerdote; fray Servando Teresa de Mier, Vicente Guerrero o Agustín de Iturbide, los que llevaron la rebelión a su culminación exitosa.

En la lucha, fue Morelos el que consiguió dirigir diferentes campañas militares con éxito, ocupando territorios en la zona que hoy abarca Guerrero, Morelos, Taxco, Veracruz, Oaxaca. Además, fue quien aterrizó la ideología y las ideas independentistas al papel desde 1812, mientras que, en 1813, en el discurso “Sentimientos de la Nación”, sentó las bases para la independencia y la posterior constitución.

Las ideas de Morelos para acabar con la esclavitud, devolver las tierras a los naturales de cada región y formar un Congreso se contraponían con las de Agustín de Iturbide, quien lo derrotó en 1814, un año antes de que fuera fusilado.

Sin embargo, a pesar de que la historia de México no lo reconozca como un héroe patrio, Agustín de Iturbide, fue quien, en lugar de seguir derramando sangre, consiguió consumar la independencia a través de una negociación con Juan O’Donojú, jefe político de la Nueva España, con quien firmó después los tratados de Córdoba.

Fue Iturbide el que después entró triunfante a lo que hoy es la Ciudad de México junto al Ejército Trigarante, llamado así porque buscaba garantizar la independencia, la unión del país y la religión católica.

Su popularidad lo llevó a encabezar el primer gobierno independiente de México, sin embargo, el país, que tenía el doble de extensión territorial que el actual, aún se encontraba en crisis y luchas del poder continuaban en varias regiones; Las cortes habían desconocido los tratados firmados por O’Donojú y la economía estaba en bancarrota.

La lucha por el poder después se tornó política, con varios enfrentamientos entre el gobernante y el Congreso, instalado desde el 24 de febrero de 1822. Agobiado, Iturbide amenazó con renunciar, por lo que en mayo de ese año, el sargento Pío Marcha lideró a su regimiento para amotinarse al grito de “Viva Agustín I, Emperador de México!”, que recibió apoyo popular inmediato.

El Congreso se vio presionado para votar a favor de la coronación de Iturbide el 21 de julio, tras lo que fue disuelto.

El ascenso de un gobernante absoluto, en una nación tan grande y diversa, originó varias rebeliones y conspiraciones, y terminó con su deposición y fusilamiento en 1824. Este desafortunado desenlace, le niega su lugar dentro de los “héroes que nos dieron patria”, aunque sea uno de los principales.

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