El tirador de Uvalde “entró sin obstáculos” en la escuela sin cerrar y sin la presencia de ningún agente
Salvador Ramos entró libremente en la escuela primaria antes de matar a 19 niños y dos profesores
El hombre armado de 18 años que mató a 19 niños y dos profesores en una escuela primaria de Uvalde (Texas) “entró sin obstáculos” y no fue “confrontado por nadie” a pesar de que los informes policiales iniciales sugerían que un agente armado estaba en el campus en ese momento, según la policía.
“Se reportó que un oficial de policía del distrito escolar se enfrentó al sospechoso”, una afirmación que “no es exacta”, según Víctor Escalón, director regional del Departamento de Seguridad Pública de Texas, contradiciendo reportes anteriores.
“Entró sin obstáculos inicialmente”, dijo durante una conferencia de prensa desde Uvalde el 26 de mayo, dos días después de la masacre. “No se enfrentó a nadie”.
Una puerta del colegio también estaba sin cerrar, según Escalón.
“Averiguaremos en la medida de lo posible por qué no estaba cerrada con llave, o tal vez estaba cerrada con llave. Pero ahora mismo, parece que estaba sin cerrar”, explicó.
Los funcionarios en la rueda de prensa no pudieron responder por qué los agentes tardaron más de una hora en entrar en el aula de cuarto grado en la que entró Salvador Ramos.
“No hacen la entrada inicialmente por los disparos que reciben”, según Escalón.
Según la cronología facilitada por las autoridades, Ramos disparó a su abuela en la cara y luego destrozó una camioneta frente al colegio a las 11:28 am del 24 de mayo.
Salió del lado del conductor de la camioneta con un rifle tipo AR-15 y una bolsa de municiones, y luego disparó hacia dos personas cerca de una funeraria al otro lado de la calle. Caminó hacia la escuela, trepó por una cerca hasta el estacionamiento y disparó “múltiples” veces, según Escalón.
Ramos entró por una puerta no cerrada de la escuela primaria Robb aproximadamente a las 11:40 am, y “numerosos disparos fueron realizados en la escuela”, señaló Escalon.
Los agentes del Departamento de Policía de Uvalde y del Distrito Escolar Independiente Consolidado de Uvalde llegaron aproximadamente cuatro minutos más tarde y retrocedieron para “ponerse al cubierto” tras escuchar los disparos.
“Durante ese tiempo, se acercan a donde está el sospechoso”, según Escalón. “No hacen la entrada inicialmente debido a los disparos que están recibiendo”.
Los agentes están “haciendo estas llamadas para pedir ayuda, también están evacuando a los alumnos, a los profesores”, indicó. “Están pasando muchas cosas”.
A las 12:17 pm, el distrito escolar de Uvalde publicó mensajes en las redes sociales advirtiendo de que había un tirador activo en el campus de la escuela primaria y que las fuerzas del orden habían llegado.
Durante la hora siguiente, padres y transeúntes comenzaron a rodear la escuela, instando a la policía a entrar y salvar a sus hijos.
Los detalles compartidos el jueves en una conferencia de prensa frente a la escuela -en lo que sería el último día antes de las vacaciones de verano- trataron de llenar las lagunas de información entre el inicio de la masacre y la muerte del hombre armado, poco después de la 1 pm, cuando un francotirador del equipo táctico de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos disparó mortalmente a Ramos.
Sin embargo, la brecha crítica de una hora en la línea de tiempo -que los agentes de la ley dicen que todavía están armando, después de revisar las cintas de vigilancia y hablar con las víctimas y los testigos- apunta a preguntas persistentes sobre cuándo comenzó exactamente el tiroteo, por qué la policía no detuvo al hombre armado, y si Ramos se había “atrincherado” en el aula antes o después de matar a los niños en el interior.
Se reportaron disparos hasta las 12:52 pm.
Javier Cazares, cuya hija de 9 años asistía a la escuela, comenta que se acurrucó cerca de la puerta principal con un grupo de hombres cuando escucharon disparos en el interior.
“Éramos cinco o seis padres, escuchando los disparos, y [los agentes de policía] nos decían que retrocediéramos”, declaró a The Washington Post. “No nos preocupamos por nosotros. Queríamos asaltar el edificio. Decíamos: ‘Vamos’, porque así de preocupados estábamos, y queríamos sacar a nuestros bebés”.