Madre arrestada en el caso de una pareja acusada de decapitar a sus hijos y mostrar cuerpos a hermanos menores
Natalie Brothwell, la madre de los niños, fue acusada esta semana, casi un año después del arresto del padre
En diciembre de 2020, los bomberos de Los Ángeles acudieron a una posible fuga de gas en Lancaster, California. Nada podría haberles preparado para lo que descubrieron en la casa suburbana: dos niños, decapitados, en habitaciones separadas mientras el resto de su familia estaba sentada dentro de la propiedad.
El padre de los dos niños, el instructor de fitness Maurice Taylor, de 35 años, fue detenido por la policía para ser interrogado el 4 de diciembre y acusado del asesinato de sus hijos Maliaka Taylor, de 13 años, y Maurice Taylor Jr, de 12.
Según los fiscales, Taylor fue acusado de decapitar a los jóvenes y hacer que sus otros hijos, que tenían 8 y 9 años en ese momento, miraran los cuerpos.
Los niños asesinados fueron descubiertos cinco días después de haber sido decapitados en su casa de California, el 29 de noviembre de 2020.
Esta semana, el caso se desveló aún más cuando la madre de los niños, Natalie Brothwell, fue detenida en su casa de Tucson, Arizona, por dos cargos de asesinato.
Brothwell, de 44 años, está detenida en la cárcel del condado de Pima antes de su extradición a California.
En un comunicado dado en su momento sobre el descubrimiento de los cuerpos durante la llamada por una presunta fuga de gas, la Oficina de Información del Sheriff del Condado de Los Ángeles dijo: “el personal de los bomberos respondió y entró en el lugar, momento en el que vieron a un hombre y a una mujer fallecidos dentro del sitio. Ambos parecían sufrir laceraciones y heridas de arma blanca”.
Taylor, antiguo instructor de fitness, sigue detenido, con una fianza de 4.2 millones de dólares.
Hasta ahora no está claro por qué la policía ha detenido a Brothwell tanto tiempo después de la detención del padre, ni cuál fue su papel en la muerte de sus hijos.
Brothwell ha sido acusada por separado de dos cargos de delito de peligro para los niños. Según los fiscales, sus hijos fueron obligados a permanecer en sus habitaciones sin comida durante varios días.
Durante la comparecencia de Taylor, explicó que quería “representarse a sí mismo” y no aceptó un abogado. “Dios me dice que me represente a mí mismo en este asunto”, indicó después de que se le designara un abogado del Estado, “me siento irrespetado porque el consejo no respeta mi decisión”.
Tras ser preguntado por su formación señaló: “estoy en el American College of Sports Medicine como entrenador personal, es el mejor examen que se puede obtener para ser entrenador personal”. Taylor podría enfrentarse a una pena de entre 57 años y cadena perpetua en una prisión estatal.
Un antiguo vecino de la familia declaró a Dailymail.com en diciembre: “recuerdo cuando nacieron cada uno de los cuatro niños y recuerdo la emoción que les rodeaba”.
“A medida que crecían, era obvio que tenían un sentido de la aventura y de las nuevas experiencias, incluso a una edad temprana. Maliaka era muy inteligente, muy aventurera y observadora. Realmente habría crecido hasta alcanzar su potencial.
“Mo Jr. admiraba a su hermana mayor y todo lo que hacía. Estoy seguro de que se mantuvieron muy unidos a medida que crecían y sé que al final estuvieron juntos. Siempre recordaré sus caras sonrientes”.
Lynn Mullineaux, una amiga de la abuela materna de los niños, Debra Brothwell, indicó a las noticias de ABC7 que los miembros de la familia fueron alejados debido a su padre controlador.
Fueron “apartados de sus vidas por un yerno controlador”, argumentó. “Ella ha hecho peticiones de cualquier información, cualquier conocimiento, cualquier información que pudiera encontrar para saber que sus nietos estaban bien”, mencionó Mullineaux de la abuela.
Varios clientes dijeron a Los Angeles Times que Taylor era un entrenador diligente y trabajador. Howard Kern, un abogado, había visto al entrenador durante varios años.
“Piensa en la persona más amable que conozcas y luego multiplícala por cinco”, aseguró Kern. “Trabajaba muy duro para mantenerse. Desgraciadamente, no sabemos lo suficiente como para decir qué pasó o qué no pasó”, comentó.
Kern había sido testigo de las discusiones telefónicas entre Taylor y su pareja, Brothwell. “Era vergonzoso, se podía oír cómo ella le gritaba”, detalló Kern. “Él se disculpaba mucho y ella le gritaba”.
The Independent se ha puesto en contacto con la policía del condado de Los Ángeles para obtener más detalles sobre la investigación.