Muere a los 95 años de edad la activista chicana Betita Martínez
De raíces mexicanas, “Betita” se convirtió en una de las voces más reconocidas en la lucha por los derechos de la cultura chicana
La pionera del movimiento chicano y firme luchadora social, Elizabeth “Betita” Martínez, falleció a los 95 años de edad este martes en un hospital en San Francisco, California. Su vida la dedicó a la justicia social y sus acciones la convirtieron en una auténtica inspiración para los estadounidenses de ascendencia latina.
Martínez fue hija del mexicano Manuel Guillermo, profesor de literatura en la Universidad de Georgetown y de la estadounidense y maestra de español de secundaria, Ruth Phillips Martínez.
Nacida y criada en Washington, D.C, “Betita” creció sufriendo actos racistas en su vecindario y escuela, situación que le forjó un espíritu de resistencia y justicia para combatir la discriminación racial que por aquellas fechas era tan común.
En 1946 se graduó con honores de Swarthmore College en Historia y Literatura y en mayo de 2000 fue galardonada con un Doctorado en Derecho. Estuvo casada con el novelista Hans Koning, con quien tuvo una hija, Tessa, actriz y cofundadora de Latina Theatre Lab.
Tras salir de la universidad, encontró su primer trabajo en las Naciones Unidas donde mostró su férreo espíritu de combate contra el racismo. A sus 21 años de edad, expuso al mundo la precaria situación en la que vivía el territorio de Ruanda-Urundi, en aquel entonces dominado bajo el reino de Bélgica que proporcionaba tan solo un médico para 100.000 habitantes.
La acción de Martínez provocó su despido, sin embargo, la propia “Betita” reconoció que “fue lo máximo que pudimos hacer estando dentro de la ONU”.
“Fue muy divertido”, señaló en 2006 Martínez en una declaración retomada por el Los Angeles Times.
En la década de los 60, el movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos comienza a tomar fuerza y decide sumar su fuerza y valentía a dicha causa. Deja Nueva York para trasladarse a Nuevo México donde abraza su herencia mexicana y comienza su leyenda.
“Una voz dentro de mí dijo: ‘Aquí puedes ser Betita Martínez’”, se escribió así misma en un memorando, citado por Los Angeles Times.
En Nuevo México, la activista se involucró activamente en el movimiento de concesión de tierras de los chicanos y fue cofundadora y editora del periódico bilingüe El Grito del Norte (1968-1973). Posteriormente cofundó el Chicano Communications Center, un proyecto educativo que inició con dos historias bilingües en formato de cómic sobre héroes revolucionarios latinoamericanos.
En 1974 se mudó a San Francisco, California donde continuó con su lucha social. Escribió “500 Años del Pueblo Chicano/500 Years of Chicano History in Pictures” y “500 años de historia de la mujer chicana / 500 Años de la Mujer Chicana” y se convirtió en una de las voces más reconocidas en la lucha por los derechos de la cultura chicana.
Tras la dolorosa noticia de la muerte de “Betita” Martínez, el caricaturista californiano Lalo Alcaraz recurrió a sus redes sociales para lamentar la pérdida de la luchadora social.
“Ella fue nuestra historiadora y será recordada durante siglos”, tuiteó Alcaraz quien es conocido por ser el autor del cómic “La Cucaracha”, primer cómic latino de temática política a nivel nacional.