Una tormenta solar está a punto de impactar la Tierra y puede interferir con los satélites
Los satélites y los sistemas de energía podrían sufrir afectaciones por la enorme masa de plasma que está en camino de colisionar con nuestro planeta
Una gran cantidad de plasma que se dirige hacia la Tierra proveniente del Sol golpeará nuestro planeta el jueves.
Una eyección de masa coronal, que es una liberación de plasma y energía magnética de nuestra estrella, provendrá de una mancha solar moribunda llamada AR2987.
Las manchas solares son áreas frías en la superficie del Sol causadas por el enorme poder de su campo magnético que interfiere con el proceso de convección, AR2987 soltó una llamarada solar de clase C el 11 de abril.
Cuando golpee la Tierra, lo que se espera para el 14 de abril, podría causar una tormenta geomagnética, aunque la eyección solo se clasifica como un impacto “moderado”.
En nuestro planeta, los sistemas de energía podrían presentar alarmas de voltaje, las naves espaciales podrían enfrentarse a resistencia y es posible que se detecten auroras en ciudades como Nueva York e Idaho.
El Sol presenta actualmente un aumento de la actividad solar como parte de su ciclo solar, el cual dura 11 años y se define por erupciones y ráfagas de radiación. El número de manchas solares durante este ciclo está en aumento y alcanzará su punto máximo en 2025.
Si bien esta tormenta solar es relativamente pequeña, los riesgos que una tormenta más grande provocarían en el planeta podrían resultar extremos.
Un estudio sugirió que una tormenta solar severa, que ocurre cada 100 años en promedio, podría sumir al mundo en un “apocalipsis de internet”.
El campo magnético de la Tierra por lo general evita que el viento solar (partículas cargadas del sol) interfieran con el planeta, pero una vez cada siglo estos vientos crecientes aumentan como parte del ciclo de vida de la estrella y podrían causar una interrupción de internet que dure varios meses.
La corriente de estas tormentas solares puede entrar y dañar conductores largos como las líneas eléctricas.
“En los cables de internet de larga distancia de hoy en día, la fibra óptica es inmune a GIC [corrientes geomagnéticas inducidas]. Pero estos cables también tienen repetidores alimentados eléctricamente a intervalos de aproximadamente 62 milas [100 kilómetros] que son susceptibles a daños”, detalló Sangeetha Abdu Jyothi de la Universidad de California, Irvine y VMware Research.