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Con Artemis-1, la NASA lanzó un enorme cohete a la luna, pero ¿por qué nos debería importar?

Si los funcionarios de la NASA y los aficionados del espacio están entusiasmados con el lanzamiento del SLS al cielo, no está claro que el público estadounidense en general comparta su entusiasmo.

Jon Kelvey
Miércoles, 16 de noviembre de 2022 10:30 EST
¡Extra! ¡Extra! Hace 54 Años, El Hombre Pisaba, Por Primera Vez, La Luna

La NASA acaba de lanzar el primer vuelo de su nuevo y enorme cohete lunar. Es el primer vuelo de prueba sin tripulación del programa lunar Artemis de la NASA, cuyo objetivo es llevar a los humanos de regreso a la Luna durante esta década, y los líderes de la agencia espacial están extremadamente entusiasmados con eso.

“Prepárense para Artemis I; ¡es un hecho!” El administrador de la NASA, Bill Nelson, tuiteó el martes después de que el cohete lunar de la agencia espacial, el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS), llegó a la plataforma de lanzamiento en el Centro Espacial Kennedy, en Florida. El SLS y la nave espacial Orion que transporta “pronto se embarcarán en un vuelo de prueba que irá más lejos de lo que jamás haya llegado una nave espacial construida para humanos”, agregó.

“Se siente surrealista, porque hemos estado anticipando este momento durante tanto tiempo, y por fin está aquí”, contó a The Independent Laura Forcyzk, fundadora de la agencia de análisis espacial Astralytica y autora del libro Becoming Off-Worldly: Learning from Astronauts to Prepare for Your Spaceflight Journey.

Pero si los funcionarios de la NASA y los aficionados del espacio están entusiasmados con el lanzamiento del SLS al cielo, no está claro que el público estadounidense en general comparta su entusiasmo.

“La mayor parte de los Estados Unidos no ha estado prestando atención al plan de la NASA para que los humanos regresen a la luna”, dijo Forcyzk.

Pero ella espera que eso cambie, y pronto.

El SLS, o el cohete más grande que jamás haya volado, es un vehículo de lanzamiento superpesado “que no hemos visto desde Saturn V”, dice Forczyk.

Con una altura de 322 pies (98 metros), con una etapa central flanqueada por dos propulsores de cohetes sólidos en una configuración similar al transbordador espacial ahora retirado, el SLS es un poco más corto que el Saturn V, pero más poderoso, ya que genera 8,8 millones de libras de empuje en comparación con los 7,6 millones del Saturn V.

“Va a ser algo que dejará a la gente boquiabierta si lo ven en persona. Será espectacular”, dijo Forczyk. “Creo que será más grande que un simple punto de luz en CNN. Creo que será algo que hará que el mundo preste atención”.

Y si el mundo sigue prestando atención, la NASA tiene preparado todo un espectáculo.

Para la misión Artemis I, el SLS lanzará el vehículo Orion, el equivalente del siglo XXI de la nave espacial Apollo, hacia, alrededor, más allá y de regreso de la Luna en el transcurso de una misión de 42 días. Orión lleva consigo experimentos científicos lunares y cámaras para documentar su viaje a la Luna con una definición más alta que la que las misiones Apollo tuvieron.

“Los cohetes son solo transporte. ¿Y qué transportan? Transportan ciencia. Transportan tecnología”, dijo Forcyzk. “Servirá para hacer pruebas de radiación y registrar observaciones de la Luna”.

Los niveles de radiación son solo algunas de las medidas que Orion tomará a través de tres maniquíes a bordo de Artemis I, cada uno diseñado para estudiar cómo el vuelo puede afectar a los astronautas humanos. Eso es porque los astronautas humanos son el siguiente paso.

Luego de una exitosa misión Artemis I, la NASA planea seguir con Artemis II en mayo de 2024, en la que hasta cuatro astronautas volarán en un trayecto similar al de Artemis I alrededor de la Luna.

En 2025, con la misión Artemis III, la NASA buscará aterrizar a los primeros humanos en la Luna desde la década de 1970, incluida la primera mujer y persona de color.

Varias generaciones de personas (millennial, generación Z y la próxima generación alfa), nunca han visto a un ser humano poner un pie en otro planeta, señala Forczyk, ella misma incluida, y cree que una misión contemporánea a la Luna captará la atención del mundo en una manera que grandes segmentos de la población no pueden ni imaginar.

En Estados Unidos y el mundo, han crecido varias generaciones que nunca han visto a un ser humano poner un pie fuera de este mundo, dijo Forczyk, y Artemis I es el primer paso en un viaje que volverá a poner a los vuelos espaciales tripulados al frente y al centro de la imaginación del mundo.

“Si regresamos a mayo de 2020, la gente estaba muy entusiasmada con el lanzamiento de SpaceX a la ISS (Estación Espacial Internacional), ya que era la primera vez que los estadounidenses volvían a la órbita [por su cuenta] desde el retiro del transbordador espacial”, afirmó. Los astronautas estadounidenses volaron a la ISS a bordo de la nave espacial rusa Soyuz durante nueve años después de que el transbordador se retirara en 2011, pero “regresar a la luna es un lapso de tiempo aún más significativo. Es un logro aún más monumental porque ha pasado mucho tiempo, desde 1972”.

La NASA seguirá realizando misiones Artemis adicionales hasta finales de la década de 2020, para finalmente construir una estación espacial en órbita lunar y puestos avanzados en el Polo Sur de la Luna. Es un programa diseñado para probar tecnologías y estrategias operativas que la NASA quiere desarrollar para futuras misiones planetarias, como una misión tripulada a Marte en algún momento de la década de 2040.

“Queremos abrir el resto del sistema solar para que podamos seguir explorando nuestro entorno natural que nos rodea”, dijo Forczyk.

Pero las grandes visiones de las misiones posteriores de Artemis y la eventual misión humana a Marte dependen de un vuelo de prueba exitoso de Artemis I. Es posible que algo salga mal, pero Forczyk no cree que sea probable: al igual que el telescopio espacial James Webb, que también se retrasó como el SLS y Orion y fue más caro de lo previsto originalmente, la NASA se ha tomado su tiempo para asegurarse de que no haya fallas en el SLS. Sus planes futuros dependen de ello.

“Todos los ojos están puestos en el programa”, aseguró. “La NASA es una agencia gubernamental muy conocida y popular, pero también muy criticada en cuanto a los montos de dinero que gasta. Entonces, si toda la atención se concentra aquí, hay que justificar esos gastos. Hay que asegurarse de que los políticos y el público sepan que el dinero de sus impuestos tendrá buenos resultados”.

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