La transmisión en vivo desde el fondo del mar que arrasó en redes sociales
Cada día, millones se sumergen virtualmente en el océano para observar su vida secreta
Peces de rostro transparente se deslizan entre la oscuridad del fondo marino, mientras copos de desechos caen como nieve y esponjas suaves brotan del suelo cubierto de sedimentos.
Este vistazo hipnótico a las profundidades del Atlántico Sur ha conquistado por sorpresa a miles en toda Argentina y más allá.
Un equipo de investigadores, que opera un vehículo submarino a control remoto a 4.000 metros de profundidad, reconoce que nunca esperó que su expedición científica se volviera un fenómeno viral.
La transmisión en vivo ya supera los 1,6 millones de vistas diarias en YouTube, ha acaparado la atención de los noticieros nacionales y desató un fuerte debate sobre los recortes a la ciencia en Argentina, promovidos por el presidente libertario Javier Milei.
“Fue una sorpresa enorme”, contó Daniel Lauretta, líder de la expedición.
“Nos llena el alma, porque nuestro objetivo es compartir esta maravilla con todos”.

Con cámaras de alta definición y sensores de última tecnología, un robot autónomo está mostrando por primera vez, con una claridad impresionante, la vida misteriosa que habita el cañón submarino de Mar del Plata.
Allí, donde se cruzan la corriente cálida de Brasil con la fría que sube desde las Malvinas, se esconde una biodiversidad poco explorada hasta ahora.
Durante inmersiones de unas ocho horas diarias, la cámara capta criaturas inesperadas en la oscuridad del fondo marino frente a Buenos Aires: una estrella de mar naranja tan llamativa que fue comparada con Patricio, de Bob Esponja, un pepino de mar apodado “batatita” por la audiencia y un cangrejo de aguas profundas que parece una araña cubierta de pelos.
“Los colores, el nivel de acercamiento… me dejaron sin palabras”, contó Lauretta. “Y creo que esa emoción también la sintió la gente”.
La transmisión en vivo desde el buque científico ya alcanzó picos de 50.000 personas conectadas al mismo tiempo. Comenzó la semana pasada y seguirá hasta el 10 de agosto.

Los investigadores argentinos, junto a expertos estadounidenses del Schmidt Ocean Institute, la fundación sin fines de lucro del ex director ejecutivo de Google, Eric E. Schmidt, utilizan el vehículo submarino para mapear el cañón oceánico, recolectar muestras e identificar decenas de nuevas especies a una profundidad, donde ya no llega la luz solar y donde la ciencia apenas ha empezado a entender cómo funciona la vida marina.
Pocos espectadores han podido resistirse a la tentación de humanizar a estas criaturas: les asignan signos del zodíaco, comparten memes y hasta circulan tests del tipo “¿Qué criatura de las profundidades eres según cómo manejas el estrés?” (Si te aislas del mundo, eres un calamar translúcido, pero si explotas de ira, claramente eres un camarón pistola).
“Los argentinos somos muy apasionados con todo lo que pasa en nuestro país”, dice Georgina Valanci, de 40 años, con la mirada fija en un pez translúcido que flota en la pantalla mientras teje al crochet. “Creo que esto representa un poco el orgullo de que algo así se esté haciendo en Argentina”.
La mayoría de los investigadores argentinos que participan en la expedición provienen del Conicet, el principal organismo público de ciencia y tecnología del país, lo que ha puesto en primer plano el trabajo del instituto justo en un momento en que su financiamiento está siendo duramente cuestionado.
El presidente Javier Milei ha aplicado su “motosierra” contra la burocracia estatal y recortó programas científicos y subsidios a la investigación como parte de su plan para eliminar el déficit fiscal crónico y reducir la inflación en Argentina.

Los organismos científicos respaldados por el Estado perdieron alrededor de 4.000 puestos en el último año y medio, producto de despidos, congelamiento de contratos y renuncias provocadas por las malas condiciones laborales y los bajos salarios.
El Conicet sufrió un recorte presupuestario del 21 % en términos reales el año pasado. Los sueldos de sus investigadores han perdido un 35 % de su poder adquisitivo. Muchos advierten que estas medidas están provocando una fuga de cerebros.
Impulsados por el renovado interés público hacia el Conicet, los investigadores han convocado un paro nacional de 48 horas este miércoles, con el objetivo de visibilizar la crítica situación del sector.
Mientras Milei guarda silencio sobre la transmisión viral, algunos de sus funcionarios no disimulan su desaprobación.
“Deberían transmitir en vivo una perforación petrolera lejos de la costa”, comentó Alejandro Álvarez, funcionario del gobierno de Milei, en referencia al auge de la producción de crudo en Vaca Muerta, una apuesta clave del presidente para intentar reactivar la economía argentina en medio de la crisis.
“Es un hermoso proceso de creación de riqueza y explotación de recursos naturales que hará más grande a la Argentina”.
Mientras tanto, muchos argentinos siguen fascinados mirando estrellas de mar anaranjadas en las profundidades del mar.
Traducción de Leticia Zampedri