Policía reprime manifestación de indígenas chilenos
Decenas de enmascarados se enfrentaron con bombas y piedras ante la policía antimotines.
Un gran contingente policial reprimió este lunes a manifestantes que los enfrentaron con piedras y bombas incendiarias luego de la tradicional marcha del Encuentro de dos Mundos en la capital chilena.
Los enfrentamientos estallaron tras una marcha no autorizada de un par de miles de personas que caminaron varias cuadras desde Plaza Italia, un tradicional escenario de protestas en Chile, hasta el Cerro Huelén, donde los indígenas mapuches realizan anualmente una rogativa.
Aunque la policía antimotines permitió la marcha, que siempre se realiza sin permiso, por una de las calzadas de la principal avenida de la capital chilena, dispersó con agua a quienes intentaron continuar la caminata más allá del pequeño y céntrico cerro. La televisión local mostró cómo uno de los chorros dio de lleno en una persona que se desplazaba en una silla de ruedas, tirándolo.
Tras la rogativa mapuche, decenas de enmascarados se enfrentaron con bombas incendiarias y piedras con la policía antimotines, que lanzó gran cantidad de bombas lacrimógenas para dispersarlos. Encapuchados quemaron al menos dos paraderos del transporte público y destrozaron semáforos y señales metálicas de tránsito.
El numeroso contingente policial, acompañado de muchos vehículos, dispersaba a los encapuchados, que se reagrupaban para reanudar los desórdenes que se extendieron por varias cuadras de la principal avenida de la capital chilena, que interrumpieron el tránsito y que obligó al cierre de algunas estaciones del subterráneo. El tránsito fue interrumpido por varias horas y varias estaciones del subterráneo fueron cerradas.
La marcha, que recuerda el descubrimiento de América y la posterior conquista de los pueblos indígenas, se realiza a seis días del primer aniversario de un estallido social en Chile, que tras múltiples destrozos dio paso a multitudinarias protestas en demanda de mejoras sociales y económicas. La fuerza de las protestas callejeras obligó a los políticos a aprobar un acuerdo que se traducirá el 25 de octubre en un plebiscito que determinará si la mayoría quiere reemplazar la Constitución legada por la dictadura militar (1973-1990).