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Anciano en Chicago se defiende de robo con un bastón

Dan Donovan tomó el shillelagh de su abuelo —un antiguo bastón irlandés que también sirve como garrote— que estaba apoyado en un rincón de la sala.

AP Noticias
Viernes, 20 de noviembre de 2020 11:16 EST
Dan Donovan, junto a su esposa Barbara, sostiene el bastón con el que expulsó a varios ladrones de su casa en Niles, Illinois, EEUU. Donovan, un ex marine de 81 años, utilizó el bastón de su abuelo para espantar a los ladrones, a uno de los cuales golpeó en la cabeza.
Dan Donovan, junto a su esposa Barbara, sostiene el bastón con el que expulsó a varios ladrones de su casa en Niles, Illinois, EEUU. Donovan, un ex marine de 81 años, utilizó el bastón de su abuelo para espantar a los ladrones, a uno de los cuales golpeó en la cabeza. (AP)

Un ex-marine de 81 años utilizó el bastón de su abuelo para espantar a tres ladrones de su casa en un suburbio de Chicago y golpear en la cabeza a uno de ellos.

Dan y Barbara Donovan dijeron al diario Pioneer Press que un hombre con chaleco reflectante y mascarilla llamó recientemente a su puerta en Niles, afirmando que era empleado de la empresa de electricidad y que debía verificar sus fusibles debido a un incendio reciente en la zona.

Barbara Donovan dijo que cuando ambos estaban en el sótano con el hombre, que inspeccionaba el panel del circuito eléctrico, escuchó chirridos en el piso de madera y se dio cuenta de que algo no estaba bien.

“Grité, ‘¡Danny, hay alguien en nuestro dormitorio!’”, dijo.

Subió a la carrera seguida por su esposo y el falso electricista. En el piso principal se encontraron con dos hombres, uno de los cuales sostenía una funda de almohada de su cama.

Dan Donovan tomó el shillelagh de su abuelo —un antiguo bastón irlandés que también sirve como garrote— que estaba apoyado en un rincón de la sala.

Golpeó al hombre de la funda en la nuca. El hombre aferró la funda y siguió a sus cómplices, pero Donovan —que estaba descalzo— los persiguió hasta su vehículo, al que golpeó en el parabrisas con el pesado bastón.

“Espero que no se hayan llevado nada más que un dolor de cabeza y espero que cambien de oficio”, afirmó.

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