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¿Qué hay detrás del rechazo a la nueva Constitución de Chile?

El 62 por ciento de los votantes declinaron la propuesta del izquierdista Gabriel Boric y solo el 38 por ciento de sufragios se volcaron a favor, según el Servicio Electoral de la nación, por lo que la Constitución de la era Pinochet seguirá vigente

José Luis Montenegro
Martes, 06 de septiembre de 2022 12:48 EDT
Chilenos analizan el plan de gobierno presentado por Gabriel Boric

El pasado domingo, ganó el “no” en un referéndum de Chile, el cual tenía como objetivo la propuesta de una nueva Constitución progresista. A pesar de que el documento plantea aglutinar una gama más amplia de voces, el proceso de casi dos años fue rechazado por la ciudadanía.

Tras el conteo de todas las boletas, el Servicio Electoral de Chile informó que el 62 por ciento de los electores rechazaron la propuesta, mientras que el 38 por ciento votó a favor. En un giro inesperado, el documento fue declinado por casi todas las provincias del país latinoamericano e, inclusive, de Santiago, que es considerada la capital de izquierda.

La Constitución propuesta por el presidente de Chile, Gabriel Boric, incluía 388 artículos que ampliaban los derechos sociales, entre ellos, la regulación ambiental y los programas de bienestar social. Y no solo eso, también se agregaron apartados específicos de paridad de género y puestos exclusivos para representantes de los pueblos indígenas.

Luego del rechazo contundente, Boric brindó un mensaje televisado a la nación y reconoció los reclamos populares: “Hoy ha hablado el pueblo de Chile y lo ha hecho de manera fuerte y clara. Nos ha entregado dos mensajes: el primero, es que quiere y valora a su democracia, que confía en ella para superar las diferencias y avanzar; y el segundo mensaje del pueblo, es que no quedó satisfecho con la propuesta de Constitución que la Convención le presentó a Chile y, por ende, ha decidido rechazarla de manera clara en las urnas”.

Cabe mencionar que, el pasado mes de junio, Boric logró aumentar su popularidad por primera vez desde que asumió el poder, de 36 a 44 por ciento, según la casa encuestadora Cadem. Sin embargo, ese incremento a su prestigio, no logró afianzar la aceptación de la nueva Constitución, ya que en el mes de mayo, el presidente de Chile tenía un 57 por ciento de desaprobación, el nivel de rechazo más alto, de acuerdo con la misma fuente.

Las razones del rechazo

En octubre de 2019, los chilenos mostraron su rechazo al aumento de la tarifa del Metro, por lo que en 2020 cuando estaba en funciones el hoy expresidente Sebastián Piñera, se convocó a un referéndum para crear una nueva Constitución.

El proceso se alargó y Piñera no visualizó ese cambio. En octubre de ese año, el 78 por ciento de los chilenos aprobaron el plebiscito para el cambio constitucional y, fue hasta junio de 2021, cuando emitieron un voto para elegir a los integrantes que conformarían la Asamblea Constituyente.

Boric revisó el borrador final de la que sería la nueva Constitución pero fue rechazada, por lo que la Constitución de la era de Augusto Pinochet seguirá vigente. Y, a pesar de que este nuevo documento sería uno de los más progresistas del mundo, hay algunas razones de fondo que provocaron el contundente “no” de la sociedad.

El borrador de la era Piñera-Boric planteó un gran énfasis en la autodeterminación indígena, el cuidado y preservación del medioambiente, el desmantelamiento al sistema de derechos de agua privatizado, igualdad de género en instituciones públicas y privadas, diversidad sexual e, inclusive, anticipaba un nuevo sistema nacional de salud.

Los errores más destacables, según políticos de afiliación de derecha, es que la Constitución recolectó las causas nacionales a defender, pero no detalló cómo se iban a defender las mismas. No tenían un eje rector, aseguran. Algunos tildaron al documento como la “Constitución del Árbol de Navidad”, es decir, con muchos adornos, formas y colores.

Gran parte de la ciudadanía criticó las fuertes atribuciones que tendrían los autogobiernos, tanto comunales, regionales y la plurinacionalidad, pero no comprendieron cómo funcionarían los sistemas judiciales enfocados en aplicar los nuevos y ambiguos ordenamientos de forma simultánea para diversos sectores de Chile.

Los grupos opositores a Boric reclamaron que el país tendría más tintes de izquierda y que sería muy difícil aplicar las leyes. Adeptos y críticos coincidieron en que el principal problema que reclama la ciudadanía es el bloqueo de su sistema político.

Se prevé que el presidente Boric inicie un nuevo proceso para alcanzar los acuerdos y la aceptación de la nueva Constitución. “Me comprometo a poner todo de mi parte para construir en conjunto con el Congreso y la sociedad civil, un nuevo itinerario constituyente que nos entregue un texto que logre interpretar a una amplia mayoría ciudadana”, dijo el mandatario chileno.

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