Rebajar su condena limpiando parques, una opción que se abre para los reclusos en Colombia
Un parque del centro de Bogotá lucía el jueves inusualmente custodiado por guardianes que aseguraban el perímetro para custodiar a 60 reclusos de las cárceles de mediana y alta seguridad de la ciudad que fueron seleccionados para hacer trabajo comunitario, un nuevo programa que busca que recompensen a la sociedad al tiempo que trabajan para rebajar sus penas.
Su tarea consistió en limpiar y pintar una especie de anfiteatro ubicado en el Parque de la Independencia, en la zona céntrica de Bogotá, donde las graderías lucían sucias y su pintura desgastada por el paso del tiempo y los grafitis.
Gloria Alzate, una de las reclusas, inició barriendo con ánimo mientras bromeaba junto a otra veintena de mujeres de la cárcel El Buen Pastor. Para ella salir de la cárcel a trabajar en un parque la acerca a su libertad. Fue condenada a 15 años por estafa.
“Nos dan la posibilidad de redimir y pasar un beneficio para acortar el tiempo y poder estar pronto con nuestras familias”, aseguró a The Associated Press Alzate, quien calcula que en cinco meses podría quedar en libertad. “Tengo a mi madre muy enferma. Entonces sólo le pido a Dios que me dé la posibilidad de salir para poderle dar una calidad de vida a ella y a mis hijos”, contó la mujer de 50 años.
Alzate considera que aún cuando salga en libertad será un reto vencer el estigma que pesa sobre ella, porque considera que la sociedad “juzga muy duro” y espera que con el trabajo comunitario no sólo se redima parte de su pena, sino que haya “posibilidad de perdón y olvido”.
Como Alzate fueron seleccionados reclusos de las cárceles El Buen Pastor, La Modelo y La Picota, ubicadas en Bogotá, para participar en el programa “Buena Esa” del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) que fue lanzado el jueves.
“Es un programa que tiene como propósito la justicia restaurativa, pero más allá de eso, la resocialización de las personas... y el mejoramiento de entornos en las ciudades a través del trabajo comunitario”, indicó a la AP el director general del Inpec, teniente coronel Daniel Fernando Gutiérrez, mientras era custodiado por agentes de fuerzas especiales portando armas largas y escudos.
La seguridad, tanto de Gutiérrez como de los reclusos y guardianes, fue prioritaria el jueves en el parque, luego de que recibieran amenazas de un recluso que fue trasladado desde una cárcel para validar el trámite de su extradición a Estados Unidos, donde es requerido por delitos asociados al narcotráfico.
En Colombia este tipo de amenazas se toman con cautela, especialmente luego del asesinato del director de la cárcel La Modelo perpetrado en 2024 cuando se trasladaba en un vehículo por el noroeste de Bogotá.
“Eso ha hecho que genere algo de incertidumbre frente a si salíamos o no salíamos” a lanzar el programa de trabajo comunitario “sin embargo se hizo, no nos vamos a doblegar ante un delincuente”, indicó Gutiérrez.
El programa inició en 120 ciudades de todo el país con la participación de aproximadamente 1.500 privados de la libertad, según el Inpec. Es la primera vez que funciona a nivel nacional, luego de programas pilotos que se desarrollaron para probar su eficacia.
El Inpec se encarga de seleccionar a los reclusos que son aptos para participar en el trabajo comunitario en zonas públicas, entre quienes están próximos a cumplir sus penas y “no representan un peligro para la sociedad”.
Las alcaldías de las ciudades disponen de los lugares en los que necesitan recuperar el espacio público y dispone los implementos de aseo.
“Aquí la redención es buenísima, porque básicamente por cada día de trabajo nos dan dos días de redención (de pena)”, explicó a la AP Alirio Acosta Rodríguez, de 65 años, quien fue condenado a 12 años por un delito sexual.
Acosta Rodríguez ya pagó ocho años de cárcel, se ha capacitado en confección de textiles y también hace trabajo de limpieza dentro de las oficinas de la cárcel.
Salir a un parque a limpiar le da un respiro de las diminutas celdas y los pasillos abarrotados de reclusos en la cárcel La Modelo. “(Salir) es encontrar árboles, ver nuevamente carros, las personas, perros, todo, es una alegría”.