Productores mexicanos de tomate buscan alternativas para atenuar el impacto del arancel de Trump
La decisión de la administración del presidente Donald Trump de imponer un arancel de 17% al tomate fresco de México ha puesto al principal proveedor de Estados Unidos contra las cuerdas.
El gravamen, que comenzó a regir a mediados de mes, representa una de las más recientes medidas proteccionistas de Trump, que también amenazó a México con un arancel general del 30% a partir del 1 de agosto alentando la incertidumbre y las tensiones con su mayor socio comercial, que sigue negociando un acuerdo global para librarse de los tributos.
Aunque el impacto del nuevo arancel aún está ciernes, un importante productor y exportador del centro de México explicó cómo una tarifa enfocada en un producto puede desestabilizar a todo un sector.
Negociar con clientes para atenuar el impacto
Dentro de una gran estructura de cristal y plástico se cultivan cientos de plantas de tomate que se extienden en filas en uno de los invernaderos de alta tecnología que ocupan 2,3 hectáreas en el estado central de Querétaro, uno de los 10 principales estados productores de tomate de México.
Con el clima controlado en alrededor de 28 grados centígrados y libre de plagas y contaminantes, los invernaderos de Veggie Prime en el municipio Ajuchitlán producen unas 100 toneladas de tomates frescos que envían cada semana a Mastronardi Produce, una empresa canadiense que es el principal distribuidor de la hortaliza en Estados Unidos y que tiene entre sus clientes a las grandes cadenas Costco y Walmart.
Pese al nuevo arancel, algunos empresarios como Moisés Atri, director de la exportadora Veggie Prime, no tienen entre sus planes inmediatos suspender las exportaciones a Estados Unidos.
“Ninguno de nosotros puede solventarlo", afirmó Atri al admitir que la tarifa de 17% ha afectado “muchísimo” a su empresa. "Tenemos que acercarnos con nuestro cliente para que nos ajuste los precios, porque nosotros no tenemos ni siquiera cerca esas utilidades", agregó.
En la primera semana de aplicación de la medida Veggie Prime debió asumir la totalidad de la nueva cuota, que compensó parcialmente esta última semana cuando su cliente aceptó subir el precio del tomate en un 10%.
El empresario, de 56 años, se mostró confiado en que en las próximas semanas el impacto pueda ser menor luego de que Mastronardi Produce negocie con sus clientes incrementar el precio del tomate en Estados Unidos, que los especialistas estiman que podría subir alrededor de 8,5%.
Divisas y empleos en riesgo
Según los expertos, la nueva tarifa podría provocar una caída de entre 5% y 10% en las ventas externas de tomate, lo que mermará los ingresos en divisas del país y golpeará particularmente a los grandes productores que se concentran en los estados de Sinaloa, San Luis Potosí, Michoacán, Baja California Sur, Jalisco y Sonora. El año pasado la industria del tomate le reportó a México ingresos por más de 3.000 millones de dólares.
De igual forma se prevé que los grandes productores se volteen hacia el mercado local para vender los tomates que no logren exportar a Estados Unidos, lo que generará una sobreoferta y la caída del precio que golpeará a los pequeños productores.
En las últimas semanas se han comenzado a reportar descensos de más de 10% en el precio de la popular hortaliza, que ya ronda los 1,5 dólares el kilo.
Para hacer frente a ese escenario la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que se realizará un censo de productores para definir el apoyo que se otorgará a los pequeños agricultores.
La Asociación Mexicana de Productores de Tomate (AMPAC) afirmó que la industria genera unos 500.000 empleos que representan cerca del 8% de la masa trabajadora de los sectores agrícola, ganadero y pesquero, que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en febrero alcanzó los 6,25 millones de trabajadores.
Juan Carlos Anaya, director general de la firma local Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), estimó que una caída en las exportaciones del tomate mexicano —que alcanzaron el año pasado 2,06 millones de toneladas— podría ocasionar una pérdida de unos 200.000 empleos.
¿Puede Estados Unidos prescindir del tomate de México?
Cuando Washington activó el 14 de julio la cuota para el tomate fresco mexicano, alegó que buscaba proteger a los productores estadounidenses que, según el Departamento de Comercio, se han visto perjudicados por precios artificialmente bajos.
La medida benefició especialmente a los productores de los estados de California y Florida que producen alrededor 11 millones de toneladas, mayormente de tomates procesados.
Aunque especialistas y autoridades mexicanas coincidieron en que para Estados Unidos será muy difícil sustituir las importaciones de tomate fresco mexicano, hasta el momento Washington no ha dado señales de que vaya a dar marcha atrás con la medida.
Atri y otros productores están a la espera de una revisión del arancel programada para dentro de dos meses, cuando Estados Unidos se adentre en el otoño y la producción de tomate fresco comience a disminuir en ese país.
¿Qué opciones les quedan a los productores mexicanos?
El gobierno mexicano se ha planteado la posibilidad de explorar otros mercados internacionales que puedan ser más estables para el tomate.
En ese sentido, el secretario de Agricultura, Julio Berdegué, anunció que se están buscando opciones como Japón, pero los productores locales han manifestado dudas sobre esa alternativa puesto que los envíos tendrían que hacerse por avión, lo que encarecería considerablemente su precio.
Atri reconoció que su empresa ha comenzado a realizar ensayos con pimientos para evaluar la posibilidad de producirlos a mayor escala.
En cuanto al mercado local, el empresario descartó de plano que Veggie Prime vaya a vender su producción en México porque tendría que comercializar los tomates a un precio excesivamente alto para cubrir los elevados costos de producción.