Ministra argentina de Seguridad rechaza amenaza atribuida a narcos

Almudena Calatrava
Viernes, 12 de abril de 2024 15:35 EDT
ARGENTINA-MINISTRA AMENAZA
ARGENTINA-MINISTRA AMENAZA (AP)

La ministra argentina de Seguridad Patricia Bullrich rechazó el viernes el mensaje intimidatorio que presuntamente recibió de bandas de narcotraficantes que estarían dispuestas a extender la violencia con la que acosan a la ciudad de Rosario a otros puntos del país.

La policía halló en horas de la madrugada una tela colgada de un puente sobre una avenida de Rosario en la que, escrito en aerosol rojo y negro y con errores, se leía “Patricia Burlich (sic) pusiste a todos los presos en un mismo pabellón, ahora vamos a desangrar Rosario y Baires (Buenos Aires). Atte, los rosarinos”.

El mensaje alude al rechazo de las bandas narcos a la política carcelaria que ha implementado el gobierno del presidente Javier Milei en coordinación con el de la provincia de Santa Fe —donde se encuentra Rosario— con los condenados que siguen manejando el negocio de las drogas desde su encierro.

Bullrich contestó el mensaje diciendo: “los vamos a meter presos a todos. Se les acabó la joda (la diversión)” en su cuenta de X, antes Twitter.

Luego, en una rueda de prensa la ministra afirmó que no tiene miedo. “Voy a seguir como todos los días trabajando; tengo custodia de la policía federal y es suficiente... Los que tienen que tener miedo son los delincuentes de este país”.

La amenaza fue expuesta el día posterior a la detención en Rosario de Jorge Antonio Benegas, señalado como testaferro y responsable de la célula de lavado de activos de la organización criminal que obedece al preso Esteban Lindor Alvarado y que, según la ministra, es la segunda en importancia de esa ciudad situada a 300 kilómetros de Buenos Aires.

La detención se produjo en el marco de una investigación sobre la estructura de lavado de otro narco, que también está preso.

Rosario sufre desde hace semanas el recrudecimiento de la violencia de las bandas de narcos que han cometido varios asesinatos aleatorios de civiles luego de que el gobierno santafesino comenzó a implementar severas medidas en los penales federales situados en distintos puntos del país para reducir el poder de los capos narcos condenados que siguen manejando sus negocios desde prisión.

Esas bandas, operan desde hace una docena de años en esa localidad, también han redoblado sus amenazas de muerte a autoridades provinciales. Las suelen dejar escritas en papeles tirados en aquellos lugares donde cometen actos violentos o con grandes carteles colgados en la vía pública, al estilo de los carteles mexicanos.

Omar Pereira, secretario de Seguridad Pública de Santa Fe, dijo a The Associated Press que la policía está investigando la autoría del mensaje intimidatorio contra la ministra y estimó que presumiblemente proceda de narcotraficantes.

Sobre su contenido, Pereira indicó que los capos narcos más peligrosos están molestos de “estar todos juntos (en pabellones donde han sido aislados) porque es probable que haya problemas entre ellos o porque los separan de otros presos a los que pueden manejar, conducir”.

Desde hace unos 10 años distintas bandas narcos se disputan su poder en Rosario, considerada la ciudad más peligrosa de Argentina.

Pereira indicó que los autores del mensaje estarían amenazando también a Buenos Aires o la provincia homónima, donde operan bandas de narcotraficantes distintas a las rosarinas.

El funcionario apuntó además que la intimidación puede interpretarse como una continuidad de las que vienen haciendo semanalmente los narcos o como un intento de “nacionalizar sus amenazas al incluir a una funcionaria de la nación”.

La violencia de las bandas criminales se profundizó en Rosario luego de que el gobierno de Santa Fe que asumió en diciembre ordenó el traslado de narcos peligrosos a pabellones especiales y requisas durante las cuales les fueron secuestrados teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos con los que seguían impartiendo órdenes a sus subalternos.

Estas últimas contratacaron asesinando a quemarropa a dos taxistas, al chofer de un autobús y al empleado de una gasolinera, lo que disparó el miedo entre los habitantes de la ciudad.

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