México: a tres años de la tragedia en Tlahuelilpan, esto es lo que sabemos del combate al “huachicoleo”
La explosión de una toma clandestina de hidrocarburos provocó la muerte de 137 personas, 69 de ellas durante el estallido de la toma. Los hechos ocurridos el 18 de enero de 2019 marcaron un precedente para que el Gobierno de México emprendiera la incansable lucha contra el robo de combustibles.
Bastó solo una chispa para que una toma clandestina en un ducto de hidrocarburos estallara. Los hechos ocurrieron el 18 de enero de 2019 en la comunidad de Tlahuelilpan, en el estado de Hidalgo, en México, y cobraron la vida de 137 personas, 69 de ellas fallecieron al momento de la explosión de la toma.
Las imágenes que transmitieron los medios de comunicación eran estremecedoras. La gente envuelta en llamas corría sin cesar por los campos en los que se encontraba la toma clandestina; los más desesperados, arrastraban los cuerpos de sus familiares que en solo segundos fueron ultimados por el fuego y que por poco corrían el riesgo de ser incinerados.
Según la versión oficial, solo llegaron 60 elementos del orden a tratar de impedir que la población robara gasolina con la ayuda de bidones. De acuerdo con expertos, la tragedia pudo haberse prevenido debido a que los cuerpos castrenses tuvieron conocimiento de la fuga del hidrocarburo hasta cuatro horas antes del incendio, así lo detalla un reporte de la CNDH (Comisión Nacional de Derechos Humanos) de México.
Estos hechos detonaron una alarma para el Gobierno Federal, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien usó la bandera del robo de combustibles o “huachicoleo”, como un estandarte para acabar con la corrupción que, según el mandatario, impera en las grandes trasnacionales de hidrocarburos que se instalaron en México luego de que su antecesor, Enrique Peña Nieto, aprobara la polémica Reforma Energética.
Desde que inició su gobierno, AMLO reiteró su compromiso de vencer al “huachicoleo”, liderado en mayor medida por grupos de la delincuencia organizada como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, quienes han diversificado y ampliado su gama de delitos. Según el político mexicano, el robo de combustibles le cuesta a la paraestatal Pemex (Petróleos Mexicanos) cerca de 3.000 millones de dólares al año.
¿Estrategia fallida?
Un año después de la tragedia de Tlahuelilpan, en enero de 2020, AMLO informó que logró reducir hasta en 91 por ciento el robo de combustibles en el país. “Esto representa un ahorro de hasta 56.000 millones de pesos [más de 2.700 millones de dólares] y 1.900 millones de pesos [más de 93 millones de dólares]”, dijo.
Y agregó: “En cuanto al gas LP, disminuyó en un 55 por ciento, al pasar de 12.000 a 5.300 barriles diarios”.
Dos años después del fatídico hecho, en enero de 2021, el presidente de México aseveró que su administración había podido combatir hasta en un 95 por ciento el robo de combustibles. En su habitual conferencia de prensa matutina, AMLO expresó: “Robaban hasta 80.00 barriles diarios de gasolina y, a partir de que se emprendió el combate al ‘huachicol’, se redujo a un promedio de 4.000 barriles diarios; de 80.000 a 4.000”, comentó.
En septiembre de 2021, durante su Tercer Informe de Gobierno, AMLO reiteró las cifras de principios de año.
El panorama planteado por el primer mandatario parece alentador, sin embargo, el IGAVIM (Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal) contrastó las cifras del Gobierno Federal, al asegurar que en 2020 el robo de combustibles solo disminuyó 13 por ciento; y que la aparición de tomas clandestinas de gas LP aumentó hasta en un 500 por ciento.
El IGAVIM también reveló que, durante los dos primeros años de la administración de AMLO, se logró la disminución de tomas clandestinas de hidrocarburos hasta en un 39 por ciento; no obstante, la aparición de ductos ilegales de gas LP incrementó en 833 por ciento.
Algunas empresas como ExxonMobil, el segundo importador de combustibles a México, ha mostrado su interés de apoyar al Gobierno Federal en el combate al “huachicol”. Por ahora, AMLO ha destinado la mayor parte del presupuesto a las obras de infraestructura, que se perfilan a ser las insignias de su administración, como el AIFA (Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles), el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, en Tabasco.