El DHS solicita 20.000 miembros de la Guardia Nacional para redadas de inmigración en EEUU

El Departamento de Seguridad Nacional ha solicitado 20.000 efectivos de la Guardia Nacional para ayudar con las redadas de inmigración en todo Estados Unidos, y el Pentágono está examinando la inusual solicitud, confirmó un funcionario federal a The Associated Press.
El DHS (siglas en inglés del departamento) pidió los soldados para ayudar a llevar a cabo el “mandato” que recibió el presidente Donald Trump “de parte del pueblo estadounidense de arrestar y deportar a los extranjeros ilegales criminales”, declaró Tricia McLaughlin, portavoz del departamento. Indicó que el DHS "usará todas las herramientas y recursos disponibles" para hacerlo porque "la seguridad de los ciudadanos estadounidenses es lo primero".
A diferencia de los efectivos desplegados en la frontera con México, estas unidades de la Guardia Nacional provendrían de los estados y se utilizarían para apoyar en operaciones de deportación en el interior del país.
El uso que se le dará a los soldados puede depender de si permanecen bajo el control de los gobernadores estatales. Según la ley Posse Comitatus, los efectivos que estén bajo órdenes federales no pueden ser utilizados para labores policiales internas, pero las unidades que estén bajo control estatal sí pueden.
La adición de 20.000 efectivos de la Guardia Nacional proporcionaría un gran impulso al control de la inmigración. El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, la agencia del DHS responsable de hacer respetar la ley de inmigración en el interior del país, cuenta con un total de unas 20.000 personas distribuidas en tres divisiones.
Operaciones de Ejecución y Remoción, la división directamente responsable de arrestar y expulsar a las personas que no tienen derecho a permanecer en el país, cuenta con unos 7.700 empleados, incluidos poco más de 6.000 agentes.
No estaba claro por qué la solicitud se hizo al Departamento de Defensa y no a los estados. El funcionario federal habló a condición de guardar el anonimato para poder proporcionar detalles que aún no se han hecho públicos.
Trump ha estado llevando a cabo una amplia represión de la inmigración ilegal, emitiendo una serie de órdenes ejecutivas diseñadas para detener lo que él ha llamado la "invasión" de Estados Unidos.
El país ya tiene hasta 10.000 efectivos bajo órdenes estatales y federales a lo largo de la frontera con México, incluidos algunos que ahora están facultados para detener a los migrantes que encuentran a lo largo de una franja de tierra recién militarizada adyacente a la frontera.
Hasta ahora, en gran medida estos soldados se han limitado a proporcionar transporte aéreo, reforzar el muro y dar vigilancia y apoyo administrativo para que los agentes fronterizos puedan enfocar sus energías en realizar arrestos o detenciones.
A lo largo de la nueva zona militarizada, los efectivos han colocado señales de advertencia y han acompañado a los agentes fronterizos, pero les han dejado a otras agencias la detención de migrantes que cruzan la frontera.
En Nuevo México, donde se creó por primera vez la nueva zona militarizada, magistrados federales han comenzado a desestimar cargos de seguridad nacional contra migrantes acusados de cruzar la frontera sur de Estados Unidos a través de la zona militar recién designada, al encontrar pocas pruebas de que estuvieran al tanto de la existencia de la zona.
The New York Times fue el medio que reportó primero la solicitud de 20.000 soldados.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.