Bombas colocadas por cártel mexicano al costado de camino matan a 6 personas
Ocho artefactos explosivos colocados al costado de un camino matan a seis personas, cuatro funcionarios y dos civiles, y causan heridas a 14 agentes y civiles, tres de ellos menores de edad, en el ejemplo más reciente del reto de tipo militar cada vez más descarado que representan las organizaciones delictivas en México
Ocho artefactos explosivos colocados al costado de un camino por un cártel del narcotráfico, según las autoridades, mataron a seis personas, cuatro funcionarios y dos civiles, e hirieron a 14 agentes y civiles, entre ellos tres menores, en el ejemplo más reciente del reto de tipo militar cada vez más descarado que representan las organizaciones delictivas en México.
El gobernador del estado occidental de Jalisco, Enrique Alfaro, dijo que el ataque sucedió la noche del martes en Tlajomulco, un suburbio de Guadalajara, la capital estatal. “En un hecho que no habíamos visto antes aquí”, expresó el miércoles Alfaro, que calificó el ataque de “acto de terror brutal” y lo atribuyó a un cártel al que no identificó.
Durante una conferencia de prensa el gobernador informó que en el hecho se utilizaron ocho artefactos improvisados de los cuales explotaron siete y que al ataque se originó a partir de una denuncia anónima sobre la presencia de restos humanos en las cercanías de Tlajomulco.
Alfaro dijo que las autoridades acudieron al lugar pero "fue una trampa para nuestros elementos. Lo que sucedió es que esta llamada buscaba la presencia de nuestras policías para poder agredirlas con estos artefactos”.
“No nos vamos a doblar, ni nos vamos a rendir”, señaló el gobernador en una visita a Tlajomulco en la que atribuyó el atentado a “todas las acciones que hemos realizado para decirle a los criminales que no van a seguir actuando con libertad y sin consecuencias”.
El fiscal general del Jalisco, Luis Méndez, declaró a la prensa que entre los fallecidos hay tres elementos de la Fiscalía, un policía municipal y dos civiles y que la cifra de lesionados subió a 14, algunos de ellos en condición delicada.
Aparentemente, son las primeras muertes de agentes de policía causadas por un artefacto explosivo improvisado en México. Artefactos similares causaron heridas a 10 soldados en el estado vecino de Michoacán en 2022 y mataron a un civil.
Alfaro no identificó al objeto de sus sospechas, pero el Cártel Jalisco Nueva Generación tiene bastante experiencia en el uso de explosivos improvisados y drones lanzabombas.
Previamente el martes, un funcionario federal dijo que otro cártel había matado a un oficial de la Guardia Nacional en el estado de Guanajuato mediante un coche bomba.
El lunes, en el estado de Guerrero, manifestantes aliados de otra pandilla enfrentaron a las fuerzas de seguridad, se apoderaron de un camión blindado de la policía y lo utilizaron para derribar los portones de la legislatura estatal.
La zona en torno de Guadalajara ha sido escenario de batallas sangrientas entre facciones del cártel de Jalisco, al que se han atribuido ataques anteriores con artefactos explosivos en México.
En febrero de 2022, en el municipio michoacano de Aguililla, una mina colocada en un camino dañó un vehículo militar y lesionó a 10 soldados. Fue el primer caso conocido de un ataque con un artefacto explosivo a un blanco militar en México.
Días después otro artefacto mató a un agricultor que pasó por encima en su camioneta. El hijo del agricultor resultó herido por la explosión del artefacto, que aparentemente contenía nitrato de amonio.
Unidades especiales del ejército equipadas con detectores de metales y vestimenta protectora recorrieron luego la zona y hallaron decenas de artefactos en caminos rurales y campos alrededor de Aguililla.
Algunos eran detonados por señal radial o telefónica, por presión -al ser pisados- o por frascos que al romperse permitían la combinación de dos sustancias.
El cártel de Jalisco lucha con la pandilla local Viagras, también llamada Cárteles Unidos, por el control de la zona desde hace años. En esas batallas han aparecido trincheras, emplazamientos de ametralladoras, vehículos con blindaje de fabricación casera y drones modificados para lanzar bombas pequeñas.
Estos drones han causado más terror en Michoacán que las minas. Aunque toscos y peligrosos de fabricar y manejar, han perfeccionado su uso y no es inusual ver techos de graneros o depósitos abiertos como latas por el impacto de esas bombas.