Abren al público palacio imperial en Roma después de 50 años de restauraciones
Un antiguo palacio imperial romano, en lo alto del monte Palatino, fue reabierto al público el jueves, tras casi 50 años de trabajos de restauración.
La Domus Tiberiana, un palacio de hace casi 2.000 años, fue la residencia de varios emperadores romanos. Desde su interior se obtienen vistas espléndidas del Foro Itálico al pie del monte.
Los años de trabajos estructurales para apuntalar el palacio incluyeron excavaciones que sacaron a la luz numerosos artefactos de siglos de vida romana después de la decadencia del imperio.
La directora del Parque Arqueológico del Coliseo, que incluye el monte Palatino, escribió que la estructura es “el palacio del poder por excelencia”.
En la víspera de la reapertura, la directora Alfonsina Russo citó a un poeta romano del siglo I según el cual el extenso palacio parecía “infinito” y “su grandiosidad era igual a la grandiosidad del cielo”.
Aunque la domus, o residencia, lleva el nombre de Tiberio, que gobernó el imperio tras la muerte de Augusto, los estudios arqueológicos indican que los cimientos se remontan a la era de Nerón, poco después del incendio de 64 d.C. que destruyó una buena parte de la ciudad.
Tras la caída del Imperio Romano, la residencia sufrió muchos años de abandono hasta el siglo XVI, cuando la familia noble Farnese creó un enorme jardín en torno de las ruinas.
A partir de la reapertura, los visitantes tendrán un panorama del camino que recorrían los emperadores y sus cortes hacia la domus.
Se considera que la domus, en la ladera noroccidental del monte que es una de las siete colinas de la antigua Roma, es el primer palacio imperial auténtico. Además de la residencia del emperador, incluía jardines, lugares de adoración, el alojamiento de la Guardia Pretoriana que protegía al monarca y un barrio para los trabajadores que se ocupaban del Foro.
Los trabajos de excavación y restauración, que continuaron durante la pandemia de coronavirus cuando el turismo se redujo al mínimo, permitieron a los arqueólogos reunir las piezas de lo que Russo llama siglos de historia en un lugar que “por alguna razón cayó en el olvido”.
Los visitantes podrán observar una selección de los cientos de artefactos hallados, como objetos de metal y vidrio, esculturas, decoraciones y monedas.