Cada vez menos personas buscan ayuda para la adicción a la marihuana en EEUU, revela estudio

Megan Feller fumaba marihuana varias veces al día y no podía comer, dormir ni funcionar sin ella. Pero en ese momento, no veía la necesidad de buscar ayuda.
“No pensaba que el cannabis fuera un gran problema”, afirmó la joven de 24 años. “Era algo socialmente aceptado”.
Esta actitud es común. En Estados Unidos, cada vez más estados legalizan la marihuana, por lo que su uso se ha normalizado y los productos se han vuelto más potentes. Pero hay menos personas adictas que buscan ayuda para ello.
En los últimos años, el uso de marihuana entre los adultos jóvenes alcanzó niveles históricos, según una encuesta respaldada por el gobierno federal. El uso diario incluso superó al consumo diario de alcohol: casi 18 millones de estadounidenses informaron en 2022 que usan marihuana diariamente o casi, en comparación con menos de 1 millón hace tres décadas.
Los estudios muestran un aumento proporcional en el trastorno por uso de cannabis, cuando las personas ansían consumir marihuana y pasan mucho tiempo usándola, a pesar de que ello les provoca problemas en el hogar, la escuela, el trabajo o en las relaciones. Es una condición que, según los investigadores, afecta a aproximadamente tres de cada 10 usuarios de marihuana y puede ser leve, moderada o severa.
Y se trata de una adicción, a pesar de la idea común, pero errónea, de que no es posible volverse adicto a la marihuana, señaló la doctora Smita Das, psiquiatra de adicciones de la Universidad de Stanford.
Mientras tanto, la aceptación generalizada de la droga ha alimentado un estigma sobre buscar tratamiento, afirmó la doctora Jennifer Exo de la Fundación Hazelden Betty Ford en Minnesota.
“Existe la creencia generalizada de que no puedes volverte adicto, de que en realidad no puede ser un problema”, comentó. “Tiene que ver con este mito de que el cannabis es seguro, natural e inofensivo”.
Marihuana más fuerte, problemas más grandes
Aunque la marihuana no es tan dañina como las drogas más duras, su uso frecuente o intensivo se ha vinculado a problemas con el aprendizaje, la memoria y la atención, así como a náusea crónica, vómitos y problemas pulmonares entre quienes la fuman. Algunas evidencias también la han vinculado a un inicio más temprano de la psicosis en personas con factores de riesgo genéticos para trastornos psicóticos como la esquizofrenia.
Y la marihuana de hoy no es la misma que la del pasado.
Muchas personas recuerdan a parientes mayores que “fumaban unos porros, comían algo y se dormían”, dijo Exo. “Pero es algo absolutamente diferente”.
En la década de 1960, la mayoría de la marihuana que la gente fumaba contenía menos del 5% de THC, el ingrediente que causa el efecto psicoactivo. Hoy en día, la potencia de THC en la hoja de cannabis y los concentrados que se venden en dispensarios puede alcanzar el 40% o más, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de las Drogas.
En muchos casos, los adolescentes vapean potentes concentrados de marihuana, comentó Exo, en lugar de comer brownies hechos con hoja de cannabis o dar una calada a una pipa de agua.
Más acceso a la marihuana, aumento de visitas a urgencias
La marihuana también es cada vez más accesible. Aunque su posesión sigue siendo un delito federal, 24 estados permiten el uso recreativo por parte de adultos y, hasta finales de junio, en 40 se permitía el uso médico, según la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales. Los dispensarios abundan y más personas pueden tener marihuana en casa.
La investigación vincula la legalización de la marihuana recreativa con el aumento de visitas a urgencias por “intoxicación aguda por cannabis”, en la que los pacientes pueden experimentar un ritmo cardíaco acelerado o sentirse mareados, confundidos o paranoicos.
En un estudio realizado el año pasado y centrado en Michigan se encontró que la legalización se vinculó con un aumento inmediato en la tasa de visitas a urgencias por esta condición entre personas de todas las edades, especialmente adultos de mediana edad.
Das comentó que el mayor acceso al cannabis, junto con un número creciente de productos derivados de la planta y que cuentan con mayor potencia, contribuyen al aumento de visitas a urgencias. Los comestibles como las gomitas pueden plantear un problema particular porque tardan un poco en hacer efecto, por lo que las personas pueden consumir más porque aún no sienten los efectos de la droga.
“Entonces, de repente, sufren de toxicidad por cannabis”, señaló.
Por qué suele pasarse por alto el tratamiento
Feller probó la marihuana por primera vez a los 16 años y rápidamente pasó de fumar la planta a usar cartuchos de vapeo que eran fáciles de esconder en su bolsillo. En poco tiempo, apenas podía vivir sin ella.
“Durante años, me despertaba cada mañana, y hasta que fumaba marihuana, vomitaba”, dijo. En lugar de intentar drogarse, la usaba “para hacer que estos otros síntomas desaparecieran”.
Feller también bebía mucho y sus padres la enviaron a un centro de tratamiento cuando tenía alrededor de 18 años. No le fue útil porque no estaba lista para mejorar. Su consumo de sustancias empeoró tras la muerte de su madre.
A los 22 años, Feller ingresó a Hazelden por su cuenta, pero solo para dejar el alcohol, lo cual logró.
Siguió usando marihuana de forma intermitente, luego buscó tratamiento para el trastorno por uso de cannabis y se ha mantenido sobria de la marihuana durante casi un año.
“Ahora soy mucho más feliz”, dijo. “No me siento encadenada a una sustancia”.
Este tipo de tratamiento a menudo se pasa por alto, comentó Brian Graves, investigador en la Universidad Atlántica de Florida.
Él y sus colegas publicaron un estudio este año que muestra que la proporción de personas de su muestra representativa a escala nacional que recibieron tratamiento para el trastorno por uso de cannabis disminuyó del 19% en 2003 al 13% en 2019. En un estudio anterior también se encontró una marcada disminución y se señalaron razones como “la expansión de la legalización del cannabis y actitudes más tolerantes”.
Los expertos afirman que las personas deben saber que, al igual que el alcohol, la marihuana puede ser mal utilizada y causar un daño real.
“Otro aspecto importante es ayudar a las personas a entender el riesgo antes de comenzar”, comentó Exo, “y luego, a sentirse lo suficientemente seguras para decir: ‘Oye, necesito ayuda para manejar esto’”.
Muchas personas esperan hasta que su uso de marihuana cause problemas en distintos aspectos de sus vidas antes de buscar tratamiento, si es que alguna vez lo hacen.
“Si estás cambiando tu vida por la marihuana, podría haber un problema”, añadió Feller. “Hay recursos para obtener ayuda y no estás solo”.
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El Departamento de Salud y Ciencia de The Associated Press recibe apoyo del Departamento de Educación Científica del Instituto Médico Howard Hughes y de la Fundación Robert Wood Johnson. La AP es la única responsable de todo el contenido.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.





