‘Los Espookys’ es el mejor programa que te estás perdiendo
La comedia absurda de HBO pasa desapercibida a pesar de tener una puntuación del 100 por ciento en ‘Rotten Tomatoes’ y un elenco aprobado por ‘Saturday Night Live’; antes de su segunda temporada, Annabel Nugent explica por qué deberías ver esta serie maravillosamente surrealista sobre un variopinto grupo de amigos latinos que organizan falsos eventos sobrenaturales por dinero
Describir la premisa de Los Espookys, la comedia de situación más disparatada de HBO y su primera serie original principalmente en español, es bastante fácil. Un grupo de amigos de lo más variopinto abre un negocio en el que organizan falsos eventos sobrenaturales para la gente que les paga. En el primer episodio, estrenado hace tres años, el equipo es contratado por un sacerdote de edad avanzada que está perdiendo el favor de su congregación que se inclina por un clérigo más joven con un gran peinado y labios brillantes. El sacerdote mayor pide a Los Espookys que simulen un exorcismo para mejorar su reputación.
Esa es la premisa del programa. Su sensibilidad, sin embargo, es más difícil de precisar. La serie, que esta semana regresa por Sky Atlantic y NOW para una segunda temporada que fue muy pospuesta, es una comedia que existe en un espacio elusivo. No solo porque el país latinoamericano en el que está ambientada no tiene nombre, sino porque en él conviven lo surrealista y lo mundano. Aunque los medios que utiliza el grupo para montar sus espeluznantes espectáculos son entrañablemente de bajo presupuesto (un disfraz alquilado, algo de maquillaje de efectos especiales, una máquina de humo que funciona a destiempo), su día a día está impregnado de la extrañeza del mundo real. Por ejemplo, uno de ellos se comunica regularmente con un demonio del agua que está obsesionado con la película de 2010 de Colin Firth The King’s Speech. En la segunda temporada, el mismo personaje le pide a la luna (personificada por la nominada al Oscar Yalitza Aparicio con un mono de lentejuelas plateado) que brille más durante un minuto para poder encontrar su pendiente perdido. Cuando uno de sus clientes queda atrapado en una realidad alterna después de atravesar un espejo, no se trata de saber por qué hay una realidad alterna, sino por qué han comprado el tipo de espejo mágico equivocado. La audiencia acepta sin ningún problema momentos como este. Tal vez sean reales. Tal vez no lo sean. ¿A quién le importa? Te la estás pasando bien.
Y de eso se trata Los Espookys: de divertirse. Lo cual tiene sentido dado que tiene en su ADN a Saturday Night Live. Creado por las estrellas de SNL Fred Armisen y Julio Torres, así como por la comediante Ana Fábrega (todos ellos escriben y coprotagonizan), el programa es un antídoto contra la autoseriedad. Es ilógico, caprichoso y sincero. Teniendo en cuenta su elenco aprobado por SNL, su respetable plataforma en HBO, el 100 por ciento de puntuación en Rotten Tomatoes y los cameos de celebridades (Isabella Rossellini participa en la segunda temporada), es asombroso que Los Espookys siga pasando desapercibida. El hecho de que esté en español tendrá algo que ver, pero es una pena porque Los Espookys es uno de los mejores y más memorables consuelos que ha ofrecido la televisión en la última década.
Puede que los protagonistas antipáticos estén de moda, pero los personajes centrales de Los Espookys son completamente encantadores. Se trata de un grupo variopinto compuesto por la fría y tranquila Úrsula (Cassandra Ciangherotti), su excéntrica hermana Tati (Fábrega) y el fundador del grupo, Renaldo (Bernado Velasco), cuyas chamarras de cuero y cadenas de joyería ocultan un interior amable. Incluso Andrés, el malhumorado y melodramático heredero de una fortuna chocolatera, interpretado por Torres, es un esnob al que no puedes dejar de apoyar. Al hablar de Los Espookys, Armisen dijo que quería crear una serie con una perspectiva fundamentalmente optimista. “No me gustan los conflictos en la televisión”, le dijo a The New York Times.
En lugar del conflicto, pues, están las boberías. En la escena inicial de la segunda temporada, Tati se hace pasar por Shakira. El grupo ha sido contratado por una artista desprestigiada cuya escultura de la cantante colombiana ha recibido críticas por no parecerse a ella. La Shakira de Tati, que, aparte de los pantalones de cintura baja y la gloriosa melena, tampoco se parece en nada a ella, dice a una audiencia de críticos de arte: “Vaya, no puedo creer la precisión con la que han captado mi imagen. Como pueden ver, uno de mis ojos es más grande que el otro... Así que, por favor, no se enfaden con esta mujer por haber hecho esta estatua, ya que es la única que realmente se parece a mí. Bueno, ya me tengo que ir. Llego tarde a la Copa del Mundo. ¡Waka Waka!”. No es exactamente un encuentro sobrenatural, pero en Los Espookys no hay reglas.
Otra cosa que la serie tiene a su favor es la originalidad. Ahora mismo, todo parece y se siente y suena igual. Si tomas la sinopsis de cualquier futuro lanzamiento, puedo predecir algunas palabras clave que incluirá: thriller, oscuro, retorcido, secreto enterrado. Quizá haya un detective. Es una sopa de televisión: una mezcla de ingredientes fáciles de digerir que no dejan ninguna impresión. Si repasamos a los ganadores de los Emmy de esta semana (Succession, Severance, Squid Game, White Lotus, Yellowjackets, Hacks, Abbott Elementary, Barry, Ozark), veremos cuánto aprecia el público una idea fresca y honesta. Y Los Espookys debería estar en esa lista. Es original, y no en el sentido de la “O” mayúscula que ha perdido todo su significado gracias al omnipresente Netflix Original (... adaptaciones de las novelas más vendidas). La comedia de vampiros de Jemaine Clement, What We Do In The Shadows, es un digno punto de comparación, pero aun así, aunque las dos series comparten un humor poco convencional, sus ritmos son muy diferentes.
Los Espookys también es visualmente emocionante. Cada plano es digno de una captura de pantalla del mismo modo que lo es cada plano de una película de Wes Anderson. La fotografía no busca el naturalismo y la paleta de colores es audaz y deliberada. Desde el pelo cerúleo de Andrés hasta el cuartel general rosa chicle de la embajadora estadounidense Melania (Greta Titelman), a la que nuestros protagonistas acuden en busca de visados para Estados Unidos (al salir una noche de tormenta, un par de tarjetas verdes salen volando de su bolso: “¡Han tocado el suelo, ahora se han estropeado!”), Los Espookys es fácil de ver.
No es insignificante, además, la duración de la serie. Últimamente se ha hablado mucho de la brevedad, ya que los streamers suelen emitir episodios de una hora de duración para una serie de nueve episodios que podría haber sido (y en muchos casos, debería haber sido) una película de 90 minutos. En cambio, cada entrega de Los Espookys dura 25 minutos. Cada bocado es corto, dulce y te deja con ganas de más. Hoy en día, esa es una sensación novedosa. En un panorama televisivo cada vez más definido por la ausencie de riesgos, Los Espookys se atreve a ser diferente, y es mucho mejor por ello.
La segunda temporada de Los Espookys se podrá ver en Sky Atlantic y NOW el 16 de septiembre.