‘Selena & Yolanda: The Secrets Between Them’: cuando la fama se convierte en una pesadilla de 30 años
La otrora presidenta del club de fans y administradora de las tiendas de Selena Quintanilla, Yolanda Saldívar, vivió episodios fatídicos que podrían dar luz al asesinato que cometió en 1995, escribe José Luis Montenegro
Las imágenes tienen una extraña mezcla de terror y nostalgia. La historia no es nueva. Todo mundo la conoce. Es la de una fanática de la música Tex-Mex que, tras vivir una serie de infortunios personales, encontró en la estrella emergente, Selena Quintanilla, un faro de luz en medio de la oscuridad de sus propias inseguridades.
La protagonista tiene nombre y apellido. Es Yolanda Saldívar. Su alias estremece.
Los capítulos de la serie Selena & Yolanda: The secrets between them (Selena y Yolanda: Los secretos entre ellas) distribuida por la plataforma Oxygen de la cadena NBCUniversal, son aventureros desde la introducción misma.
Encerrada en una camioneta todo terreno, de color rojo, estacionada en las instalaciones del hotel Days Inn, afuera de la habitación 158; y tras haber accionado el gatillo de un arma de fuego y haber asesinado a la joven cantante; Yolanda emite una frase poderosa que contrasta con el contenido que se avecina con dicha producción:
“Mi historia nunca va a ser escuchada”, repite mientras se hunde en un mar de llanto.
Casi 30 años después, Saldívar dice tajantemente:
“Creo que después de tantos años, es hora de desvelarlo, creo que la gente merece saber la verdad”, refiriéndose al asesinato de la denominada “Reina del Tex-Mex”.
Las impresiones de los involucrados son abrumadoras. Larry Young, negociador de rehenes del Departamento de Policía de Corpus Christi, reveló por primera vez que, aquel suceso, lo conmocionó; pues se trataba de alguien [Saldívar] que “estaba en el peor de los casos, tratando de sortear la tormenta”.
Por un momento, Young se quiebra y recuerda los sollozos de Saldívar en cada una de las grabaciones que guarda por su intervención durante el caso. El más relevante de su carrera, quizás. Larry sería de las únicas personas con las que conversó Yolanda, durante las negociaciones con el Departamento de Policía del área.
El asesinato de Selena aún duele; se notó en las más de 25.000 personas que desfilaron el fin de semana de su muerte para ver su féretro; se refuerza hoy día con el legado musical que la trasciende.
Durante la docuserie, Saldívar coincide con los fanáticos de la intérprete de ‘Como la Flor’, “Selena tenía un aura que te atraía a ella; cuando cantaba, te obligaba a bailar, te invitaba a sentir lo que sentía; tal vez felicidad, depresión, ansiedad o gozo”.
Lo cierto es que la “Selenamania” no surgió de manera fortuita. Se trata de un reclamo social de las comunidades texana y mexicana; una mezcla mexicoamericana. Luego de celebrarse la Convención de San Felipe, el 3 de noviembre de 1835, Texas se declaró un Estado independiente a México, lo que originó que el entonces presidente y general, Antonio López de Santa Anna, se colocara al frente del denominado Ejército de Operaciones Sobre Texas.
La explosión de talento de Quintanilla no solo atrajo a los sectores más bajos de la población mexicana y estadounidense, sino que reinvindicó el papel de la mujer hispana en Texas, la cual hablaba inglés pero que también dominaba el español, por su herencia histórica en México.
El desborde de talento de Selena no solo marcó un hito en la industria musical, sino que hizo sentir valiosas a las generaciones. Ahora, el poder latino y la cultura mexicana, tenían a una digna representante; a una con piel morena, una prominente sonrisa con ánimo de desparpajo, ritmo cadencioso y caderas pronunciadas.
En ese tenor, el asesinato cometido por Yolanda Saldívar no solo provocó un sinfín de dudas acerca de su cercanía con Selena (algunos sospecharon de un romance lésbico que nunca ocurrió); los negocios turbios que generó; e, incluso, la presunta obsesión que tuvo hacia ella como figura pública. Saldívar, simplemente, destronó a un ícono que había dotado de ilusiones a los desvalidos.
“No volveré a escuchar a nadie más en mi vida. Selena era magia”, revela una fanática de la época, de quien el documental Selena & Yolanda recupera sus impresiones.
Lanzando declaraciones a cuentagotas, Saldívar refiere en la cinta que “ella ya estaba siendo sentenciada por la opinión pública, antes de que su juicio comenzara”. Y detalla que vivió en medio de una serie de acusaciones que mostraban una “narrativa que no era correcta, desde que fui una mala inversionista, una fan obsesionada; yo era culpable para la ley, y tenía que demostrar mi inocencia”.
Mientras las autoridades llevaban a cabo una investigación minuciosa acerca del asesinato de la cantante; el padre y representante artístico de Selena, Abraham Quintanilla, se encargó de decir abiertamente en una conferencia de prensa que Yolanda Saldívar había sido la responsable de los hechos. Nadie más. La tildó de “exempleada” e, incluso, de “estafadora”.
Saldívar no negó que “la gente amaba a Selena. Hasta el día de hoy, les duele esa herida. Aunque siento que A.B. Quintanilla aprovechó ese anhelo y simpatía [por la cantante] y lo usó para su beneficio. Lo sigue haciendo”.
Y agregó con lágrimas en los ojos: “Mi familia estuvo devastada. Desde el principio, mis padres tuvieron acceso a todas mis pertenencias, tenían todas mis propiedades, mis archivos. Durante meses juntaron todo, mis hermanas y mis hermanos, con el objetivo de que se supiera únicamente la verdad”.
Lo más impactante de sus declaraciones, como si estuviera lanzando una indirecta a la familia Quintanilla, es el momento en que asegura que su familia le prometió a Saldívar conseguir justicia. Según sus familiares, “no podemos permitir que las mentiras y la falsedad permanezcan”; Yolanda matizó: “Mi mamá siempre me decía que una mentira permanecerá hasta que llegue la verdad”.
En un rompecabezas, por momentos inconexo, los familiares de Saldívar aparecen en la cinta de Oxygen para empatizar con ella. “Ella no es monstruo”, dice Verónica, sobrina de Salvívar, a la par que muestra fotografías de ella con algunos de los miembros de la familia más jóvenes.
Saldívar es una mujer que tuvo una preparación educativa de excelencia. Fue aceptada en la Universidad de Texas en 1985 y, años más tarde, consiguió el título de Enfermera. Trabajó en el Hospital Centro Médico del área y su trabajo le retribuyó en 60.000 dólares al año, lo que también le valió ser reconocida como enfermera con registro en la Junta Estatal de Examinadores de Enfermería.
Saldívar nunca se casó, pero adoptó a tres niños, uno de ellos su sobrina. Sin embargo, se obsesionaría con su peso y cambiaría de empleos constantemente. En uno de ellos, en el St. Luke’s Health Hospital, sería demandada por 9.200 dólares por un dermatólogo de nombre Faustino Gómez, por un supuesto robo cometido en 1983.
Cuando Saldívar tuvo la oportunidad de afianzar su relación con Selena, no lo pensó ni un momento. Ella confesó que, fue en 1994, cuando Abraham Quintanilla le pidió que acompañara a la cantante a la ciudad de Los Ángeles, California, a grabar el videoclip de la canción Bidi bidi bom bom. “Nadie puede acompañarla, tienes que ir con ella”, habría dicho el también representante de Selena. “Ahí fue cuando la amistad comenzó a ser más y más cercana”, refirió Yolanda con una sonrisa en el rostro.
De acuerdo con Tina Saldívar, sobrina de Yolanda, su familiar “sabía los secretos de Selena, muchos de ellos del círculo íntimo de la cantante”. Uno de ellos fue confirmado por la misma expresidenta del Club de Fans: “Selena cometió errores, ella era un ser humano, y tomó buenas decisiones, pero también malas decisiones; ella quiso y obtuvo el amor de otro hombre y yo lo encubrí pensando que eso le estaba haciendo bien cuando no era así. Y eso es mi culpa”.
La serie de Oxygen brinda matices claros de cómo la fama, el poder y el dinero, traspasaron una delgada línea entre el fanatismo y el control por la carrera de Selena: “Soy responsable de comprar el arma”, dijo Yolanda. Y agregó: “Tenía miedo. Estaba asustada por Abraham [Quintanilla] y sabía que tenía enfrentamientos con otras personas. Solo pensé que no podían protegerme y lo único que pensé fue que podía hacerlo. Ha hecho algunas cosas en el pasado a otras personas”, puntualizó.
Los capítulos de la serie Selena & Yolanda: The secrets between them ya están disponibles en la plataforma Oxygen.