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Por qué los ‘millennials’ emo deben acoger musicalmente a la generación Z

Los millennials que anhelan una dosis embriagadora de nostalgia emo y pop-punk celebran un nuevo festival; pero hay una bocanada de tribalismo en el aire, ya que a los fanáticos de la generación Z que recientemente descubrieron artistas como Avril Lavigne se les pide que se mantengan alejados; Roisin O'Connor comenta que es hora de poner fin a las guerras generacionales musicales

Miércoles, 19 de enero de 2022 14:53 EST
De izquierda a derecha: Avril Lavigne, Hayley Williams de Paramore y Gerard Way de My Chemical Romance
De izquierda a derecha: Avril Lavigne, Hayley Williams de Paramore y Gerard Way de My Chemical Romance (Getty)
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¡Es hora de maquillarte los ojos con delineador negro! El anuncio de un gran festival de música de un día en Las Vegas, que incluye algunas de las bandas emo y pop-punk más grandes de la primera década de los años 2000, ha sido recibido con deleite por parte de los fanáticos millennials que crecieron identificándose con las angustiosas letras de bandas como My Chemical Romance, Paramore y Avril Lavigne. Su música era un analgésico para los adolescentes que se sentían como marginados sociales. Podías identificar a otro fanático de Fall Out Boy o Funeral For A Friend por las insignias colocadas en sus mochilas de la escuela. Las muñecas de los adolescentes estaban llenas de brazaletes negros de plástico y de pulseras desteñidas de festivales como Reading y Leeds, Download y Slam Dunk. Las ventas de jeans ajustados, tenis Converse, tinte de pelo negro y piercings estaban por los cielos. Veías flecos de lado por todas partes.

Sin embargo, la noticia del festival ha llevado a algunos fanáticos a ponerse a la defensiva, incluso antes de que las entradas salgan a la venta. “Se llama ‘When We Were Young’ (‘Cuando éramos jóvenes’), no quiero ver a ninguno de ustedes, hijos de p**a de la generación Z”, tuiteó una persona. “Escuchen, pequeños de la generación Z, les dejé comprar las entradas de Olivia Rodrigo, pero es mejor que no vengan por mis entradas de ‘When We Were Young’”, advirtió otro. Esto ocurre luego de meses de ver vídeos virales en los que los adolescentes descubren “The Middle” de Jimmy Eat World, o hacen tutoriales sobre cómo vestirse emo. Es una inquietante muestra de tribalismo.

En los últimos años, ciertas modas, y las escenas musicales que las acompañaron, han regresado. A la generación Z (aquellos nacidos entre 1997 y 2012) se le atribuye haber reavivado el interés en las tendencias de principios de los 2000 al descubrir por primera vez a artistas como Panic! At the Disco y Taking Back Sunday. El año pasado, una de las canciones más populares en TikTok fue “Misery Business” de Paramore, posiblemente debido a su fuerte influencia en el sencillo de 2021 de Olivia Rodrigo, estrella del pop-punk de la generación Z, “Good 4 U”. Además, bandas nuevas como Meet Me @ The Altar y The Tuts están ayudando a convertir el género, anteriormente dominado por músicos blancos, en un lugar más inclusivo. En 2020, Meet Me @ The Altar firmó con Fueled By Ramen, el sello que impulsó las carreras de bandas como Jimmy Eat World, Paramore y Panic! At the Disco. “Es tan increíblemente importante tener representación como mujeres de razas distintas a la blanca en esta escena, porque cuando vemos constantemente solo bandas masculinas cisgénero y heterosexuales blancas en las carteleras y portadas de revistas, inherentemente nos enseña que no pertenecemos ahí”, comentó Téa Campbell, guitarrista de Meet Me @ The Altar, para The Independent el año pasado. “La escena es de todos y es hora de que los escenarios reflejen eso”.

Cuando se trata de música, las guerras generacionales no son nada nuevo. Los fanáticos mayores resienten que los grupos de edad más jóvenes hagan afirmaciones sobre los artistas con los que se identificaron cuando eran adolescentes incomprendidos. Los fans más jóvenes odian que se les hable con aires de superioridad, que les digan que sus opiniones importan menos que las de los fans que “estuvieron allí primero”. Nunca olvidaré el tono condescendiente con el que un crítico musical mayor, después de haberme dejado fuera de una conversación sobre The Beatles, se volvió hacia mí y me dijo: “Entonces, ¿qué escuchan los jóvenes en estos días?”. Si bien los servicios de streaming y las redes sociales han nivelado el terreno en muchos sentidos (las generaciones más jóvenes de ahora tienen un acceso inmensamente mayor a la música que las anteriores), también parece haber provocado un tira y afloja. Tal vez los esnobs preferirían no encontrarse con “Dreams” de Fleetwood Mac en el vídeo de un tipo cualquiera que viaja en patineta y bebe jugo de arándano. Pero, ¿no es bueno que eso los lleve al resto del acervo de la banda? ¿Por qué no se les debería permitir hacer un vídeo en el que simulan cantar el drama de “I Write Sins Not Tragedies”, o bailar al ritmo de los aullidos de Gerard Way en “I'm Not Okay (I Promise)”?

When We Were Young es una oportunidad fantástica para que la generación Z vea a las bandas con las que han estado obsesionados en línea durante los últimos años. A menudo, los conciertos más alegres son aquellos en los que miras a tu alrededor y ves varias generaciones que conviven en el mismo espacio, como una demostración de que la buena música no pierde vigencia. Compañeros millennials, ¡seamos mejores que nuestros padres! No dejemos que los adolescentes nos asusten.

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