No sean tan exigentes con ella: Adele tiene que dejar de ser tan dura consigo misma
La cantante emitió una emotiva disculpa tras verse obligada a posponer su espectáculo en Las Vegas. Roisin O'Connor sostiene que es injusto culparla por circunstancias ajenas a su voluntad
Fue la peor noticia para los fans de Adele. La residencia de la cantante británica en Las Vegas, de la que tanto se ha hablado, se detuvo anoche (jueves 20 de enero), después de que revelara que la mitad de su equipo se había visto afectado por el covid-19, y que varias entregas no se habían realizado. En un vídeo publicado en Instagram, dijo que ella y su equipo habían estado despiertos “durante más de 30 horas” tratando de encontrar una solución, pero que no habían podido hacerlo funcionar. Pidió disculpas a las personas que habían viajado kilómetros para verla actuar en el Caesar’s Palace, y prometió que pronto se anunciarían las fechas reprogramadas.
“Hemos hecho todo lo posible para organizarlo a tiempo y que sea lo suficientemente bueno para ustedes, pero los retrasos en las entregas y el covid-19 nos han destrozado por completo”, expresó. “La mitad de mi equipo, la mitad de mi gente está enferma de covid-19, todavía lo está, y ha sido imposible terminar el programa... y no puedo darlo lo que tengo ahora mismo y estoy destrozada, estoy destrozada, y siento que sea de último minuto”.
Los fans están justificadamente molestos -algunos están enfadados- por la forma en que se hizo el anuncio. “Es mi cumpleaños y ahora mismo estoy en un avión utilizando lo último de mis vacaciones de todo el año para verte junto con algunos depósitos no reembolsables y una semana de sueldo de niñera... Me entristece que hayas decidido esto hasta el último minuto”, escribió una.
Ciertamente, habría tenido más sentido avisar a los fans de los problemas antes. Pero la forma en que se ha desarrollado la saga de Adele en Las Vegas -y su vídeo de disculpa- es un ejemplo clásico de cómo tiende a llevar el peso de la expectación solo sobre sus hombros. En 2017, se vio obligada a cancelar los dos últimos conciertos de su gira en el estadio de Wembley después de dañar sus cuerdas vocales. Al parecer, estaba tan desesperada por no defraudar a sus fans que se planteó hacer una mímica. “Pero nunca lo he hecho y no puedo, ni en un millón de años, hacerles eso. No sería mi verdadero yo ahí arriba”, señaló entonces. “Siento su decepción... Sabes que no tomaría esta decisión a la ligera... Lo siento. Estoy devastada... Por favor, perdónenme”.
Adele siempre ha tratado a sus fans como a su familia, por lo que cada vez que siente que los ha defraudado viene con una fuerte dosis de culpa. En recientes entrevistas, habló de sentirse dolida al ver que algunos fans se sentían “defraudados” por su reciente pérdida de peso, incluso reconociendo que sus sentimientos sobre sus propios cuerpos no eran responsabilidad de ella. “Me entristece que la gente espere tanto de mí, porque eso es inalcanzable para cualquiera”, dijo. “Las cosas que dice la gente, el aspecto de alguien, lo que sea. No es mi trabajo”. A pesar de ello, uno tiene la sensación de que no puede evitar preocuparse por ellos.
También parece culparse a sí misma por el colapso de la residencia de Las Vegas. Sin embargo, no es culpa suya que la industria musical haya sido devastada por la pandemia, ni que las entregas no hayan llegado a tiempo. Dudo que viéramos una disculpa tan emotiva de Ed Sheeran, o Drake, si las circunstancias estuvieran tan claramente fuera de su control. Adele debería seguir su propio consejo y tomárselo con calma. Nadie puede negar lo mucho que se ha esforzado.