Chargers lograron victoria épica sobre Eagles, impulsados por más heroísmo de Justin Herbert

La victoria en tiempo extra obtenida por los Chargers de Los Ángeles, 22-19 sobre los Eagles de Filadelfia, perdurará seguramente más que las implicaciones reales de ese resultado.
Sí, el mariscal de campo Justin Herbert jugó ocho días después de romperse la mano con la que no lanza el balón, y una semana después de someterse a una cirugía para fijar un hueso en esa mano izquierda lesionada. Sí, la defensa forzó cinco pérdidas de balón del mariscal de campo de los Eagles, Jalen Hurts, dos de ellas en una jugada particularmente absurda. Y sí, los Chargers (9-4) dieron un paso importante hacia un puesto en los playoffs.
Pero necesitaron la mayor cantidad de pérdidas de balón en la carrera de Hurts, un plan de juego sorprendentemente desequilibrado de los Eagles que hizo que Hurts lanzara 40 veces frente a 20 acarreos de un resurgente Saquon Barkley, y un gol de campo fallido de 48 yardas entre numerosos factores que contribuyeron a que los Chargers lograran la victoria el lunes por la noche.
Sin embargo, los Chargers tuvieron la resiliencia para aprovechar esas circunstancias, algo que nunca estuvo garantizado antes de que el entrenador en jefe Jim Harbaugh asumiera el cargo de cara a la temporada 2024.
"¡Qué equipo tenemos!" exclamó Harbaugh en su conferencia de prensa posterior al duelo. "Ésa es mi reacción. ¡Qué equipo tenemos!. Se niegan a perder. Simplemente tengo una gran, gran sensación de ganar, una maravillosa, maravillosa sensación de victoria, una gran emoción de victoria."
Los mayores elogios de Harbaugh fueron para Herbert. Habiendo pasado dos años resaltando todos los aspectos del juego de su mariscal de campo, incluso Harbaugh tuvo problemas para ocultar su incredulidad después de ver cómo Herbert se lanzó al acarrear el balón cinco veces en la serie que empató el juego al final del cuarto periodo y para preparar el gol de campo de 54 yardas de Cameron Dicker en tiempo extra que resultó ser la diferencia.
Incluso, Herbert usó su mano izquierda, entre algodones, para defenderse de los rivales.
"Se sentía como si estuviéramos en una película donde el mariscal de campo está haciendo estas cosas, y llegas a un punto donde dices, 'bueno, esto se está volviendo un poco irreal', ¿sabes?" dijo Harbaugh.
Tampoco sería repetible, no con los cuatro partidos restantes en su calendario contra equipos que están en los puestos de playoffs o que luchan por éstos, incluidas las feroces defensas de Houston y Denver para cerrar la temporada regular. No es que a los Chargers les importara algo más que ganar el partido que tenían frente a ellos.
"Es salir ahí y competir, y hacer lo mejor que puedas por cualquier medio, y asegurarte de que nos vayamos con una victoria", dijo Herbert. "Creo que las tres unidades del equipo hicieron lo mejor que pudieron hoy."
Qué funciona
La interacción entre la presión al pasador de Los Ángeles y la cobertura fue excelente en los momentos cruciales, encontrando constantemente formas de forzar a que Hurts hiciera malos pases e impusiera un récord personal de cuatro intercepciones. Aunque sólo pudieron capturar a Hurts una vez, hubo suficiente presión de la línea defensiva para mantenerlo nervioso, y la secundaria fue lo suficientemente pegajosa como para limitar a los Eagles a cuatro de 13 en tercer intento (30,8%).
Qué falta
La línea ofensiva, que sufrió otro golpe cuando el tackle derecho Trey Pipkins III salió con una lesión en el tobillo, permitió que Herbert fuera capturado siete veces, un récord personal. Y una buena parte de los 10 acarreos de Herbert para 66 yardas vino después de que tuvo que escapar del bolsillo y salir corriendo. Sin una mejor protección, el ya maltrecho Herbert podría no terminar la temporada de pie.
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