Juicio Diddy: exasistente declara que el magnate la secuestró para que le ayudara a “matar” a Kid Cudi
Una antigua ayudante de Sean “Diddy” Combs declaró en el juicio por tráfico sexual que el magnate musical la amenazó de muerte en su primer día de trabajo
Una exayudante de Sean “Diddy” Combs declaró el martes en el juicio por tráfico sexual que el magnate de la música la amenazó de muerte en su primer día de trabajo y más tarde la secuestró a punta de pistola para que lo acompañara en un intento de matar al rapero Kid Cudi.
El testimonio de Capricorn Clark, la exdirectora de marca global de Bad Boy Entertainment, inició la tercera semana de testimonios en el juicio con una nota violenta. Por su parte, los fiscales tratan de demostrar que Combs dirigió una conspiración de asociación ilícita durante dos décadas que dependía de empleados de seguridad fornidos y otros para asegurarse de que conseguía lo que quería.
Combs se declaró inocente de múltiples cargos de una denuncia que le acusa de un patrón de abuso hacia su novia de muchos años Cassie, cuyo nombre legal es Casandra Ventura, y otros.
El testimonio de Clark se produjo días después de que Kid Cudi, cuyo nombre legal es Scott Mescudi, testificara que Clark le llamó desde un coche frente a su casa en diciembre de 2011 y le dijo que Combs, enfadado porque Cudi salía con la cantante Cassie, la había secuestrado y obligado a ir con él hasta la casa de Cudi.
Clark testificó que Combs llegó a su casa esa mañana con una pistola en la mano, le exigió que se vistiera y lo acompañara porque iban “a matar a Cudi”.
Relató que fueron en una camioneta Cadillac negra a la casa de Cudi en Los Ángeles, donde Combs y un ayudante de seguridad entraron en la residencia mientras Clark se quedó en el coche y llamó a Cassie.
Clark dijo que mientras esperaba en la Escalade fuera de la casa de Cudi llamó a Cassie a su teléfono desechable y le dijo que Combs “me cogió con una pistola y me llevó a la casa de Cudi para matarlo”.
Clark dijo que oyó a Cudi en el fondo de la llamada preguntando: “¿Está en mi casa?”. Entonces le dijo a Cassie: “Detenlo, va a hacer que lo maten”.
Cassie le dijo que no podía detener a Cudi, recordó.
Combs volvió al vehículo y preguntó a Clark con quién estaba hablando, según declaró Clark. Tomó el teléfono y volvió a llamar a Cassie.
Luego oyeron el vehículo de Cudi que se acercaba por la carretera, dijo. Combs y su guardaespaldas volvieron al vehículo y persiguieron a Cudi, pero finalmente se dieron por vencidos cuando se cruzaron con coches de policía que se dirigían a la casa de Cudi.
Tras el allanamiento, contó Clark, Combs dijo a la gente que estaba con él que tenían que convencer a Cudi de que “no había sido” él.
“Si no lo convencen de ello, los mataré a todos”, dijo y resaltó la amenaza con un improperio, según Clark.
El jueves, Cudi declaró que salió brevemente con Cassie en diciembre de 2011, creyendo que ella había terminado con Combs, pero acordaron durante las vacaciones poner fin a la relación después de todo lo ocurrido.
La fiscal federal adjunta Mitzi Steiner interrogó a Clark sobre su empleo intermitente con Combs entre 2004 y 2018. Comenzó con el primer día en el trabajo cuando narró que Combs y un miembro del personal de seguridad la llevaron a Central Park después de las 9 p. m. y dijo que él no estaba al tanto de su historial de trabajo con otros raperos.
Clark, con la voz temblorosa en algunos momentos, declaró que Combs le dijo que si su trabajo anterior para rivales del rap se convertía en un problema, tendría que matarla.
Dijo que solo llevaba unas semanas en el trabajo cuando tuvo que encargarse de unas joyas de diamantes que habían desaparecido.
Como resultado, la llevaron a un edificio prácticamente vacío de Manhattan donde, durante cinco días, un hombre que parecía cinco veces más grande que ella la sometió repetidamente al detector de mentiras.
“Y dijo: ‘Si repruebas este examen, te tirarán al East River’”, recordó.
Clark dijo que finalmente la dejaron volver al trabajo.
De ser declarado culpable, Combs, de 55 años, podría enfrentarse a penas de entre 15 años y cadena perpetua.
Traducción de Michelle Padilla