Diddy culpable: jurado federal condena a Sean Combs por dos cargos, pero evita las acusaciones más graves
La sentencia para el rapero y reconocido ícono de la música será dictada en una fecha aún por determinar
Sean “Diddy” Combs fue declarado culpable de dos cargos en su juicio por trata sexual, aunque resultó absuelto de las acusaciones más graves. Las condenas marcan una caída significativa para el reconocido productor musical, quien ahora se convierte en un delincuente convicto. No obstante, el veredicto también representa una victoria parcial, ya que logró evitar los cargos que podrían haber derivado en una sentencia de cadena perpetua.
Diddy fue declarado culpable de dos cargos por transportar personas con fines de prostitución e inocente de los cargos de asociación ilícita y tráfico sexual.
El veredicto de culpabilidad emitido el miércoles llega casi diez meses después de que fiscales federales arrestaran al ícono musical de 55 años, acusado de dirigir una organización criminal y de abusar, amenazar y coaccionar a víctimas para “satisfacer sus deseos sexuales” entre 2004 y 2024.
Los cargos por los que fue condenado conllevan una pena máxima de hasta diez años de prisión.

Los miembros del jurado llegaron a un veredicto tras ocho semanas de testimonios presentados por exnovias, socios y antiguos empleados de Diddy. Sus declaraciones expusieron aspectos desconocidos de la vida privada del artista, incluyendo décadas de abusos físicos y sexuales contra mujeres, problemas de adicción a las drogas y detalles explícitos sobre su vida sexual. La madre y los hijos de Diddy asistieron con frecuencia al juicio y ocuparon su lugar en la sala durante los testimonios estremecedores de los testigos.
Cassie Ventura, quien mantuvo una relación intermitente con el artista entre 2007 y 2018, declaró sobre los llamados “freak offs”, maratones sexuales de un día impulsados por drogas, así como sobre la violencia física que sufrió a lo largo de su relación de 11 años.
Su testimonio incluyó el ya conocido video de 2016 en el que Diddy la golpea en el Hotel InterContinental de Los Ángeles. Ventura declaró que intentó salir antes de tiempo de uno de los “freak offs”, cuando Diddy salió al pasillo, la pateó y la arrastró.
También le arrojó un jarrón. “Solo recuerdo que venía hacia mí. Recuerdo que chocó contra un muro”, afirmó durante el juicio.
Un guardia de seguridad del hotel testificó que Diddy le ofreció $50.000 dólares para evitar que el video del incidente se hiciera público. Finalmente, le entregó una suma equivalente al doble, en una bolsa de papel marrón, y le pidió que firmara un acuerdo de confidencialidad.
Según los testimonios, estas maratones sexuales solían desarrollarse en hoteles. A través de registros hoteleros, se demostró que Diddy solía reservar suites bajo seudónimos como Frank Black o Ryan Lopez. Sus antiguos asistentes declararon que debían preparar las habitaciones con velas, luces rojas, botellas de aceite para bebés y lubricante. Los llamados “freak offs” ocurrieron en distintas partes del mundo, incluidos Nueva York, Los Ángeles, Las Vegas, Miami, Ibiza y Turcas y Caicos.
Ventura expresó que temía que Diddy hiciera públicos los videos de los episodios de violencia, lo que —según ella— podía arruinar su carrera.
“Temía por mi carrera. Temía por mi familia. Es vergonzoso. Es horrible y repugnante. Nadie debería hacerle eso a nadie”, declaró.

Ventura y otra mujer identificada con el seudónimo N. N., quien mantuvo una relación con el artista entre 2021 y 2024, relataron ante el jurado cómo organizaban visitas de acompañantes masculinos por solicitud del acusado. Ambas aseguraron que el rapero pagaba a los escoltas miles de dólares en efectivo al finalizar las sesiones sexuales. N. N. también recordó haber gestionado vuelos para algunos de ellos, gastos que Diddy reembolsó más adelante.
Aunque el equipo de defensa de Diddy destacó mensajes de texto en los que las mujeres expresaban apoyo a los maratones sexuales, ambas declararon haberlos detestado. Ventura afirmó que los llamados “freak offs” la hacían sentir “inútil”, mientras que la testigo identificada como N. N. aseguró que le provocaban la sensación de ser “como un animal”. Ambas señalaron que se sentían como “trabajadoras sexuales”.
Durante las declaraciones iniciales, los abogados defensores reconocieron antecedentes de maltrato doméstico, pero subrayaron que ese no era el foco del proceso judicial. Argumentaron que el caso giraba en torno a “amor, celos y dinero” y remarcaron que varios testigos presentaron demandas civiles de manera independiente contra su cliente. Ventura confirmó que resolvió su demanda mediante un acuerdo por $20 millones de dólares.
“Ya no puedo seguir cargando con esto. No puedo con la vergüenza, la culpa, ni con la forma en que me enseñaron a tratar a las personas como si fueran desechables”, declaró Ventura. “Lo justo es justo. Lo incorrecto, está mal. Estoy aquí para hacer lo correcto”.
Traducción de Leticia Zampedri