Velódromo olímpico de Izu: La tormenta perfecta
El velódromo olímpico no es nuevo, pero está generando unas velocidades sorprendentes, producto de lo que los expertos llaman una tormenta perfecta
Todo el mundo esperaba que cayesen muchos récords en el ciclismo en los Juegos Olímpicos de Tokio pero nadie anticipó que el equipo de persecución alemán femenino haría papilla la marca del bicampeón olímpico Gran Bretaña O que los chinos mejorasen su propia marca en velocidad por equipos. O que Dinamarca batiese el récord olímpico de persecución por equipos de hombres.
Todo esto en el primer día de la competencia.
“Sabíamos que habría récords mundiales esta semana. Eso se daba por sentado”, dijo Gary Sutton, técnico del equipo estadounidense de persecución femenina. “La pista es rápida”.
Efectivamente, así como la pista de atletismo del Estadio Olímpico de Tokio está resultando rápida, lo mismo sucede con la madera de pino siberiano del Velódromo de Izu. Pero esta no es una nueva pista construida especialmente para los juegos. Es un velódromo construido hace diez años en colinas verdes cerca del Monte Fuji. Y no está alto, como el histórico velódromo de Aguascalientes, en México donde se han batido una cantidad de marcas mundiales gracias a su aire puro.
¿Cómo se explica que caigan récords casi en cada carrera? Es por una combinación de factores —una tormenta perfecta, por así decirlo— que permite a los ciclistas de todas las disciplinas lograr grandes tiempos.
EL ASPECTO PSICOLÓGICO
Los métodos de entrenamiento siguen evolucionando y haciendo que los ciclistas sean más rápidos. Hay mejores métodos, mejores períodos de recuperación y una mejor alimentación, todo esto hecho a la medida de cada ciclista.
Estos factores son seguidos de cerca mediante la tecnología e incluso se vigila la calidad el sueño y todos los componentes de los alimentos que se consumen a diario.
EL MEDIO AMBIENTE
El velódromo está a unos 300 metros (1.000 pies) sobre el nivel del mar, de modo que los ciclistas no se benefician de un aire puro de montaña. Lo que sí los favorece es el clima cálido y la densidad del aire. Parece ilógico, pero quienes estudian la física y la química saben que el aire húmedo —como el de las zonas montañosas de Japón en el verano— es menos denso que el aire seco.
“La pista es buena”, dijo la italiana Elia Viviani. “La temperatura es muy buena. Pero, sobre todo, la densidad del aire es lo que marca la diferencia. Sospecho que en la persecución por equipos van a volar”.
LA VENTAJA TECNOLÓGICA
Las mujeres estadounidenses tienen la transmisión del lado izquierdo en lugar del derecho. Estudios de la fabricante de bicicletas Felt indican que ello mejora la aerodinámica, dado que los ciclistas siempre doblan hacia la izquierda. Las bicis de los británicos, fabricadas con asesoría de la casa automovilística Lotus, tienen una geometría radicalmente distinta, que se supone mejora el flujo del aire.
Varios equipos usan bicicletas con una fibra de carbono que es más liviana y resistente que la usada en el pasado. Otros han experimentado con componentes impresos con 3D, lubricantes revolucionarios y muchas pruebas en túneles de viento.
“Las reglas básicas de la aerodinámica no han cambiado. No puedes alterar las leyes de la física. Pero en los últimos 30 años hemos aprendido a hacer que cada proyecto sea más integral”, dijo Rich Hill, director de aerodinámica de Lotus. “En lo que respecta al ciclismo de pista, el hombre y la máquina buscan la perfecta armonía”.
Todo esto tiene su costo. Los equipos nacionales y sus socios pagan millones de dólares en investigaciones y desarrollo, y las fabricantes de bicicletas esperan que un éxito en los Juegos Olímpicos mejore sus ventas. Por regla, toda bicicleta usada en la competencia debe estar a disposición del público. Pero para pagarlas podría tener que hipotecar su casa.
La Hope x Lotus HB.T que usan los británicos cuesta unos 20.000 dólares. La Felt TA FRD de los estadounidenses, 25,999 dólares. La bici más cara, la Worx WX-R Vorteq usada por Malasia, cuesta 39.000 dólares.
“Esta es la mejor época en el ciclismo, porque sacan a relucir todo lo mejor que hay”, expresó el sprinter británico Jason Kenny. “Tenemos nuestra mejor bicicleta, nuestras mejores ruedas, nuestros mejores neumáticos, lo mejor de todo. Es bien divertido estar en medio de todo esto”.