Uno de dos premieres rivales libios dice que irá a Trípoli
Uno de los dos primeros ministros rivales en Libia dice que planea estar en la capital del país y establecer su gobierno allí en cuestión de días, aunque con una administración paralela opuesta a la que está actualmente en Trípoli
Uno de los dos primeros ministros rivales en Libia dice que planea estar en la capital del país y establecer su gobierno allí en cuestión de días, aunque con una administración paralela opuesta a la que está actualmente en Trípoli.
Fathi Bashaga expresó su convicción de que el país, dividido por una guerra civil, pueda ser unificado sin más combate y que su gobierno se centrará en la celebración de elecciones, la única manera de que el país salga de un conflicto de una década.
Sin embargo, su anuncio casi seguramente aumentará los temores de que los dos gobiernos rivales se acercan a una confrontación más profunda y que las divisiones indican un regreso a la violencia luego de un año de calma relativa. El jueves, la ONU y Estados Unidos pidieron autocontrol y expresaron su preocupación por reportes de que grupos armados se estaban desplegando en Trípoli y sus alrededores.
“La única solución política en Libia es realizar elecciones presidenciales y parlamentarias”, dijo Bashagha en una entrevista con The Associated Press el miércoles en la ciudad oriental de Tobruk.
Expiloto de la fuerza aérea y empresario, Bashagha fue nombrado primer ministro el mes pasado por la Cámara de Representantes, que ha estado basada en Tobruk.
Los legisladores seleccionaron a Bashagha en reemplazo del atribulado premier Abdul Hamid Dbeibah, que está basado en Trípoli, diciendo que el mandato de este último había expirado luego que Libia no realizó elecciones presidenciales en diciembre.
La no realización de los comicios, programados para diciembre del 2021 bajo un esfuerzo de reconciliación auspiciado por la ONU, fue un golpe importante contra los esfuerzos internacionales para llevar la paz al país norafricano. El nombramiento de Bashagha aumentó las tensiones y creó la posibilidad de nuevos combates en un país gobernado mayormente por milicias forajidas y grupos armados con intereses encontrados.