Unión Europea da un paso más hacia moneda digital
El Banco Central Europeo anuncia el inicio de una investigación sobre la conveniencia de crear una versión digital del euro para complementar el papel moneda
El Banco Central Europeo anunció el miércoles el inicio de una investigación de dos años sobre la conveniencia de crear una versión digital del euro para complementar el papel moneda, un paso cauteloso en momentos que varios bancos centrales del mundo estudian las monedas digitales y su posible impacto sobre la política económica y el sistema financiero.
El BCE dijo en un comunicado que el euro digital debe satisfacer las necesidades del consumidor y a la vez prevenir actividades ilegales como el lavado de dinero. Además, no debe tener consecuencias negativas para la estabilidad financiera y la política monetaria.
La digitalización “está llegando a todos los aspectos de nuestra vida”, dijo Fabio Panetta, miembro de la junta ejecutiva del BCE, en un blog. “La pandemia de coronavirus ha demostrado con cuánta rapidez se puede producir ese cambio. Adicionalmente, esto afecta la manera como pagamos. Cada vez más, compramos digitalmente y en línea”.
Dijo que hay muchas preguntas por responder y que “una decisión sobre si se emite un euro digital o no vendrá en una etapa posterior”. Si la idea recibe la luz verde al cabo de dos años, tomará otros tres desarrollar el euro digital.
El banco central de los 19 países que usan el euro inicia el estudio después de recibir opiniones de los ciudadanos y las profesiones financieras. La Reserva Federal estadounidense también está estudiando las consecuencias de emitir una moneda digital.
En términos sencillos, una moneda digital sería un billete de banco digital. Los individuos podrían usarlo para para pagar en tiendas o entre ellos. El Banco de Pagos Internacionales (BPI, una asociación internacional de bancos centrales) dice que las monedas digitales emitidas por éstos podrían promover la diversidad en las opciones de pago, acelerar y abaratar los pagos transfronterizos, aumentar la inclusión de personas sin cuentas bancarias y posiblemente facilitar las transferencias de estímulos fiscales en épocas de crisis económicas como la provocada por la pandemia.
Una encuesta del BPI reveló que el 86% de los bancos centrales estudiaban las posibilidades de la moneda digital, que el 60% estaba experimentando con la tecnología y que el 14% estaba lanzando proyectos piloto.
Serían distintas de las criptomonedas como el bitcoin porque serían de curso legal y por lo tanto habilitadas para cualquier transacción y su valor permanecería estable. Panetta dijo que serían favorables para el ambiente porque usarían menos electricidad que la “acuñación” de las bitcoins.