Un tercer velero con migrantes llega a isla sureña griega
Otro velero llega a la isla griega de Citera con docenas de migrantes a bordo, según las autoridades, el tercero en apenas dos días en una isla sureña que no está en la ruta habitual de los solicitantes de asilo que intentan llegar a la Unión Europea
Otro velero llegó el jueves a la isla griega de Citera con docenas de migrantes a bordo, según las autoridades, el tercero en apenas dos días en una isla sureña que no está en la ruta habitual de los solicitantes de asilo que intentan llegar a la Unión Europea.
Los primeros reportes indicaban que el barco había llegado a la costa occidental de Citera con unas 70 personas a bordo, según los guardacostas griegos. En un primer momento se desconocían sus nacionalidades y desde dónde habían zarpado.
Otros dos veleros llegaron a la isla el miércoles. El primero se quedó varado en la costa sur de la isla con 97 personas a bordo, 93 afganos, tres turcos y un paquistaní, según las autoridades.
Los pasajeros llegaron a la costa por sus propios medios y nadie resultó herido ni estaba desaparecido. Los guardacostas indicaron el jueves que el barco había salido de la zona de Cesme, en Turquía, y que el grupo incluía 55 niños. Tres personas a bordo, de 30, 29 y 17 años, fueron detenidas como sospechosos de contrabando de migrantes.
Horas más tarde, otro barco con 73 personas -62 iraquíes, nueve iraníes y dos rusos- llegó a un pequeño puerto sureño escoltado por guardacostas, según las autoridades.
Citera, situada ante el extremo sur del Peloponeso, no es el destino de los miles de personas que huyen de la violencia y la pobreza en Oriente Medio, Asia y África. La mayoría aspira a llegar a territorio de la Unión Europea desde la costa turca y hacia las cercanas islas griegas del Mar Egeo.
Pero las autoridades griegas han aumentado las patrullas en la zona y hay reportes persistentes de deportaciones sumarias de vuelta a Turquía de los recién llegados, sin que se les permita pedir asilo, de modo que más gente intenta la ruta más larga y peligrosa para llegar directamente a Italia.
Las autoridades griegas niegan hacer devoluciones automáticas de los solicitantes de asilo.