Ucrania se prepara para una nueva ofensiva rusa en el este
Ucrania se prepara para una batalla decisiva por el control de la región industrial en el este del país
Ucrania se preparaba el jueves para una batalla decisiva por el control de la región industrial en el este del país. Mientras tanto, las fuerzas rusas se retiraban de las afueras destrozadas de Kiev para reagruparse e intensificar su ofensiva en Donbás, donde las autoridades instaban a la gente a evacuar antes de que se acabara el tiempo.
El alcalde de la ciudad sureña de Mariúpol dijo el miércoles que más de 5.000 civiles habían muerto allí. Entre tanto, en zonas al norte de la capital, autoridades ucranianas reunían pruebas sobre atrocidades rusas entre indicios de que las tropas de Moscú habían asesinado a gente de forma indiscriminada antes de retirarse en los últimos días.
En su discurso de cada noche a la nación, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, advirtió que el ejército ruso seguía acumulando fuerzas antes de una nueva ofensiva en el este, donde el Kremlin dijo que pretendía “liberar” Donbás, el corazón industrial de Ucrania y donde la mayoría de la población es rusófona. Pero Zelenskyy advirtió que Ucrania también se preparaba para la batalla.
“Pelearemos y no nos retiraremos”, dijo el mandatario. “Buscaremos todas las opciones posibles para defendernos hasta que Rusia comience a buscar la paz en serio. Esta es nuestra tierra. Este es nuestro futuro. Y no renunciaremos a él”.
Las autoridades ucranianas instaron a los habitantes de Donbás a evacuar de inmediato.
“Más tarde, la gente se verá bajo el fuego”, dijo la vice primera ministra, Iryna Vereshchuk, “y no podremos hacer nada por ayudarles”.
Un funcionario de defensa estadounidense que habló bajo condición de anonimato dijo que Rusia había completado la retirada de sus aproximadamente 24.000 tropas o más de las zonas de Kiev y Cherníhiv, en el norte, para enviarlos a Bielorrusia o Rusia a reabastecerse y reorganizarse, probablemente antes de volver a los combates en el este.
Pero un funcionario occidental que también habló bajo condición de anonimato para comentar análisis de inteligencia, dijo que las fuerzas rusas han sufrido daños en batalla y podría tomarles hasta un mes reagruparse para un gran avance sobre el este de Ucrania.
Por su parte, Estados Unidos y sus aliados occidentales maniobraron para imponer nuevas sanciones contra el Kremlin por lo que describieron como crímenes de guerra.
El alcalde de Mariúpol, Vadym Boichenko, dijo que de los más de 5.000 civiles muertos en las semanas de bombardeo ruso y combate callejero, 210 eran niños. Dijo que las fuerzas rusas habían bombardeado hospitales, incluido uno donde 50 personas murieron calcinadas.
Boichenko dijo que más del 90% de la infraestructura de la ciudad ha sido destruida. Los ataques a la estratégica ciudad en el Mar de Azov han impedido la entrada de comida, agua, combustible y medicina y pulverizado viviendas y negocios.
Las autoridades británicas de defensa dijeron que 160.000 personas seguían atrapadas en la ciudad, que antes de la guerra tenía 430.000 habitantes. Una caravana de ayuda humanitaria acompañada por Cruz Roja lleva días tratando sin éxito de entrar en la ciudad.
Capturar Mariúpol permitiría a Rusia asegurar una conexión terrestre con la Península de Crimea, que Moscú se anexionó de Ucrania en 2014.
En el norte, las autoridades ucranianas dijeron que se habían encontrado los cuerpos de al menos 410 civiles en localidades a las afueras de Kiev, víctimas delo que Zelenskyy describió como una campaña rusa de asesinatos, violaciones, descuartizamientos y torturas. Algunas víctimas parecían haber recibido disparos a quemarropa. Algunas fueron encontradas con las manos atadas.
En su mensaje del miércoles por la noche, Zelenskyy acusó a Rusia de interferir con una investigación internacional sobre posibles crímenes de guerra al retirar los cadáveres y tratar de ocultar otras pruebas en Bucha, al nordeste de Kiev.