San Diego: Capitán de barco de migrantes se declara culpable
El capitán de una embarcación repleta de migrantes que encalló y se despedazó en la costa de San Diego el año pasado se declaró culpable de cargos federales
El capitán de una embarcación repleta de migrantes que encalló y se despedazó en la costa de San Diego el año pasado se declaró culpable el miércoles de cargos federales. Tres personas murieron en el accidente.
Antonio Hurtado, de 40 años y originario de San Diego, se declaró culpable de los delitos graves de intento de tráfico de personas con resultado letal e intento de tráfico de personas con fines de lucro. Podría ser condenado a cadena perpetua cuando sea sentenciado en julio.
Los fiscales dicen que Hurtado, ciudadano estadounidense, transportaba a 32 inmigrantes desde México hacia Estados Unidos en mayo pasado. La embarcación navegaba en la noche y bajo la lluvia, con fuerte oleaje.
En su acuerdo de culpabilidad, Hurtado dijo que consumió drogas durante el trayecto y en un momento dado perdió el conocimiento, por lo que la embarcación navegó en círculos durante más de una hora hasta que las demás personas a bordo pudieron despertarlo, según un comunicado de la fiscalía federal.
Aproximadamente a las 6 de la mañana del 2 de mayo, el motor de la embarcación se apagó y Hurtado no pudo arrancarlo nuevamente. El buque tipo pesquero de 12 metros (40 pies) de eslora flotó a la deriva, y se encontraba a unos 15 metros (50 pies) de la orilla cuando encalló y se despedazó a causa del fuerte oleaje frente al Monumento Nacional Cabrillo.
Hurtado saltó y nadó hasta la orilla, mientras que el resto de los pasajeros cayeron al agua cuando el bote se hizo añicos, dijeron los fiscales.
Varias personas que se encontraban en el lugar, incluyendo un rescatista de la Marina y empleados del Servicio de Parques Nacionales, intentaron rescatar a los pasajeros.
Sin embargo, María Eugenia Chávez Segovia, de 41 años, Maricela Hernández Sánchez, de 35, y Víctor Pérez Degollado, de 29, se ahogaron después de sufrir golpes en la cabeza, según la oficina forense del condado San Diego.
Los migrantes sobrevivientes dijeron a los investigadores que cada uno pagó entre 15.000 y 18.000 dólares para ser llevados a Estados Unidos en la embarcación. Todos salvo uno eran mexicanos, incluyendo un chico y una chica de 15 años que viajaban sin compañía de un adulto.
“Esta fue una tragedia horrenda que nunca debió suceder”, dijo el fiscal federal Randy Grossman en un comunicado. “Fue una serie de eventos impactante e insensible... Lo he dicho muchas veces y lo diré de nuevo: Nunca confíen en un traficante. Sólo les importa el dinero”.
Hurtado también se declaró culpable de agredir a un funcionario federal. Golpeó con la rodilla el rostro de un agente de la Patrulla Fronteriza que intentaba colocarle un grillete en la playa, declararon las autoridades. El agente no sufrió heridas graves.
El intento de tráfico de inmigrantes fue uno de varios el año pasado que terminaron en desastre. Unas semanas después del accidente, una persona murió y ocho más resultaron heridas en un intento de tráfico de personas frente a las costas de La Jolla, en San Diego. Días antes, 23 personas tuvieron que ser rescatadas en otro incidente luego de que su embarcación quedara atascada en la rompiente.
El 21 de marzo, una camioneta llena de migrantes chocó con un tráiler en la comunidad agrícola de Holtville, unos 200 kilómetros (125 millas) al este de San Diego. En el choque murieron 13 de las 25 personas que viajaban en la Ford Expedition modelo 1997, incluyendo el conductor. Fue uno de los accidentes fronterizos más letales de la historia de Estados Unidos.