Republicanos promueven vacunas con palabras, escasa acción
Los políticos republicanos están siendo cada vez más presionados para intervenir frente a la crisis de salud y persuadir a los escépticos de la vacuna contra el COVID-19 a que la reciban, en medio de un fuerte aumento de la incidencia
Los políticos republicanos están siendo cada vez más presionados para intervenir frente a la crisis de salud y persuadir a los escépticos de la vacuna contra el COVID-19 a que se arremanguen y la reciban, a medida que una variante nueva y más contagiosa provoca un fuerte aumento de la incidencia. No obstante, después de meses de darle la espalda a las inoculaciones —o en algunos casos promover la desinformación sobre el virus—, los expertos advierten que podría ser demasiado tarde para tratar de convencer a los renuentes.
En conferencias de prensa y comunicados recientes, algunos republicanos influyentes han implorado a su representados a que dejen de lado sus dudas. En Washington, el llamado Bloque de Médicos realizó un acto contra la renuencia a vacunarse. En Florida el gobernador republicano Ron DeSantis exhibió datos según los cuales la mayoría de los enfermos de COVID-19 hospitalizados recientemente no se habían vacunado.
“Estas vacunas salvan vidas”, dijo DeSantis, quien hasta hace poco promovía mercadería de campaña con leyendas que se burlaban de las mascarillas y de los expertos.
Los casos de COVID-19 se han casi triplicado en Estados Unidos en las últimas dos semanas debido a la proliferación de la nueva variante delta, sobre todo en regiones del país donde las tasas de vacunación son bajas. Las autoridades de salud pública creen que la variante es el doble de contagiosa que la versión original, pero las vacunas aparentemente protegen a la mayoría de la gente de enfermarse de gravedad.
Casi todas las muertes de COVID-19 en Estados Unidos son de gente no vacunada. Sin embargo, apenas el 56,2% de los habitantes han recibido siquiera una dosis, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Apenas el 51% de los republicanos en general dijeron a mediados de junio que habían recibido al menos una dosis, comparado con el 83% de los demócratas, según una encuesta AP-NORC. El 53% de los republicanos dijeron que decididamente no se vacunarían; apenas el 12% dijo que planeaba hacerlo.
“Creo que acaban de darse cuenta de que si su gente no se vacuna se va a enfermar y que si su gente no se vacuna, les van a echar la culpa por los futuros brotes de COVID”, dijo el encuestador republicano Frank Luntz, que colabora con el gobierno de Joe Biden y los expertos en salud pública en la elaboración de un mensaje capaz de convencer a los renuentes.
Pero Luntz, que moderó una discusión el miércoles entre gente que se niega a vacunarse, dijo que se ha producido un cambio en las últimas semanas, ya que el escepticismo se ha tornado en un rechazo terminante.
“La vacilación se ha convertido en oposición. Adicionalmente, una vez que uno se opone, se vuelve muy difícil cambiar esa posición. Adicionalmente, es lo que está sucediendo ahora”, dijo.