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Republicanos de Wisconsin cortejan el voto hispano

La prédica republicana parece estar captando adeptos entre los hispanos de Wisconsin, un estado donde un puñado de votos de esa comunidad podría decidir el equilibrio de fuerzas en el Senado

R. Giovanna Dellorto
Jueves, 13 de octubre de 2022 12:40 EDT

A lo largo de dos décadas de trabajo en el sur de Milwaukee, el pastor evangélico Marty Calderón organizó estudios de la Biblia y talleres de prevención de actividades pandilleras, ofreció un sitio seguro para quienes combaten adicciones y ayuda para que quienes salen de prisión consigan empleo.

Pero al ver que la delincuencia seguía causando estragos en su empobrecida comunidad, Calderón empezó a llevar políticos a su ministerio, God Touch. Indicó que por ahora solo los republicanos se mostraron interesados en acudir.

Espera que su comunidad, mayormente hispanos de clase trabajadora, escuche lo que se puede hacer al respecto y que los candidatos conservadores se enteren de las realidades de estos votantes, especialmente de sus penurias como inmigrantes.

“Nunca vi a los republicanos tan interesados. Me manejo con cautela porque no quiero que la gente piense que vienen por su voto”, dijo Calderón en su santuario. Agregó que no promueve la candidatura de nadie.

“Solo les digo que voten y rezo”.

Los candidatos republicanos de todo el país tratan de expandir los avances registrados entre los hispanos desde la Florida hasta el Río Grande Valley y Los Ángeles. Explotan las preocupaciones cotidianas de la gente. En entrevistas con periodistas de la Associated Press, miembros de la comunidad se quejaron reiteradamente de la delincuencia, la criminalidad, el estado de las escuelas y los precios de la comida y la gasolina.

Estos temas inquietan más a los hispanos que la inmigración y alientan las esperanzas de los republicanos de producir un “gran realineamiento” de fuerzas si logran al menos un 40% del voto hispano, contra un 60% de los demócratas. Históricamente, cosechan tan solo un tercio de los votos hispanos, según Geraldo Cadava, profesor de historia y estudios latinoamericanos de la Northwestern University.

Captar unos pocos miles de votos en un estado como Wisconsin, que Donald Trump ganó por estrecho margen en el 2016 y lo mismo hizo Joe Biden en el 2020, podría tener enorme impacto a nivel nacional. La mayoría en el Senado, que está dividido 50-50, estará en juego en las elecciones de noviembre y la contienda entre el senador republicano Ron Johnson y su desafiante demócrata Mandela Barnes está muy reñida.

A un mes de las elecciones de mitad de término, Johnson habló de la importancia de “renovar la fe” al hablar con Calderón y otros líderes comunitarios en el centro de contacto con la comunidad hispana del Comité Nacional Republicano, a dos cuadras de God Touch.

“Nos estamos haciendo presentes”, dijo Johnson aludiendo a los esfuerzos de su partido por atraer a la comunidad hispana. “Tenemos un mensaje universal”.

Minutos antes, el representante republicano Bryan Steil, cuyo distrito se encuentra pocos kilómetros al sur, también pasó por el centro, decorado con carteles de jardines, una piñata con la forma de un elefante (el símbolo de los republicanos) y banderas del estado y de Estados Unidos.

Estas iniciativas alientan a Hilario Deleón, de 21 años, quien se crió en el “south side”. Deleón, quien perdió su empleo lavando platos durante los confinamientos del COVID-19, empezó a hacer campaña para los republicanos.

“En el pasado no prestamos atención a esta comunidad”, declaró, aludiendo a ese partido. Añadió que le gusta ver a los dirigentes y los religiosos llevando a la práctica lo que predican, como hace Calderón, que todas las semanas distribuye alimentos. “Me gusta ver a Dios en las acciones de la gente”.

La comisión electoral de Wisconsin no hace distinciones de raza o etnicidad, pero la organización de defensa de los derechos de los inmigrantes Voces de la Frontera Action calcula que hay unos 180.000 votantes hispanos en Wisconsin, el 40% de los cuales viven en Milwaukee. La mayoría son de origen mexicano, seguidos por los puertorriqueños.

El 46% de los hispanos empadronados se consideran independientes, de acuerdo con el encuestador Charles Franklin, de la facultad de leyes de la Marquette University. Sus encuestas indican que, en el terreno político, los hispanos tienden menos a la derecha que los blancos y menos a la izquierda que los negros, y que el 71% se identifican como cristianos.

“Los partidos políticos creen que tienen asegurado el voto de esta población”, manifestó Felipe Hinojosa, profesor de la Universidad Texas A&M que estudia la relación entre religión y política entre los hispanos.

Dice que una profunda fe religiosa no quiere decir que los hispanos sean automáticamente republicanos, pero, al mismo tiempo, el hecho de pertenecer a una minoría étnica tampoco los hace demócratas.

Activistas bilingües van de puerta en puerta tratando de captar votos en el south side de Milwaukee. Pertenecen a Voces, que apoya a los demócratas, y a Operación Vamos, la nueva organización republicana que busca el voto hispano.

Estos activistas recorren taquerías e iglesias históricas, fundadas por inmigrantes del centro de Europa y hoy frecuentadas sobre todo por fieles mexicanos, y paran en modestas viviendas, a menudo decoradas con adornos de Halloween (el Día de las Brujas). No se ven carteles de propaganda política.

Deisy España, una estudiante universitaria de 20 años que lleva panfletos que promueven candidatos “a favor de los inmigrantes y de la clase trabajadora”, el lema demócrata, cuenta que el trato “injusto” que recibieron sus padres, ambos indocumentados, fue lo que la empujó al activismo político.

“Los latinos”, afirmó, “están cambiando de partido por las promesas incumplidas”, sobre todo en el terreno de la inmigración.

La fundadora de Voces, Christine Neumann-Ortiz, dijo que teme que los hispanos desencantados no acudan a las urnas.

Los activistas de Vamos enfrentan otro tipo de desafíos con los hispanos independientes.

“Les dicen ‘nunca nadie nos buscó en el pasado’ o ’no esperaba que los republicanos se interesasen en nosotros´”, expresó Ana Carbonell, consultora del Comité Nacional Senatorial Republicano, que lanzó la campaña de Vamos en nueve estados, incluido Wisconsin.

En una encuesta de fines de septiembre del Centro de Investigaciones Pew, más hispanos dijeron que pensaban que los demócratas “se esfuerzan por captar el voto hispano” y “se preocupan más por los hispanos” que los republicanos.

El hecho de que se presta poca atención a la comunidad hispana la obliga a evaluar ciertos temas específicos, generalmente asociados con su fe, en lugar de optar por “el paquete ideológico” de los partidos, manifestó Ali Valenzuela, profesor de política hispana de la American University.

Desde abril, la rama de Wisconsin de Vamos contactó a más hispanos que en los últimos tres ciclos electorales combinados. Votantes como una mujer que, al ser contactada por dos activistas de Vamos la semana pasada, les dijo “se equivocaron de barrio”.

“Pero siempre podemos aprender algo nuevo”, agregó, aceptando sus panfletos.

Cerca de allí, Artemio Martínez, un obrero de la construcción mexicano, de Michoacán, casado con una estadounidense, dijo que le complacía que la gente de Vamos golpease su puerta.

Mientras su hija de dos años jugaba con un panfleto bilingüe que presentaba a los candidatos republicanos como el “¡Equipo Ganador!”, “pro-fe y pro-familia”, Martínez dijo que no pensaba votar.

“Pero si el senador (Johnson) va a hacer algo por todo esto”, expresó, aludiendo a la delincuencia y las drogas, “que se dan mucho aquí... vamos, por qué no, a brindar el apoyo y el voto, para que haya un cambio en la comunidad”.

Noah Ledezma, quien colocaba paneles en el exterior de su casa, dijo que no sabía si votaría o no. Apoyó a los republicanos en el pasado, porque cree que están más alineados con la fe cristiana y los valores familiares.

Pero ahora considera que, no importa quién llegue al gobierno, la vida sigue empeorando para la gente como él, hijo de inmigrantes mexicanos, que tiene cinco hijos y trabaja en la construcción mientras su esposa es maestra de una escuela.

“Lo único que hacen es discutir”, afirmó, refiriéndose a los políticos. “Hay que ver cambios. Hay que verlos trabajando conjuntamente”.

Los activistas de Vamos y su literatura no lo convencieron. Sí le gustaría que Johnson se presentase en persona y respondiese preguntas sobre temas importantes, como la educación.

“Es distinto cuando los ves aquí”, dijo Ledezma. “Digamos que le pregunto, ‘senador, ¿qué va a ser que sea distinto a lo que hacen los demás?’... Y lo escuchas de su propia boca. Entonces puedo decir, ‘tendrá que rendirme cuentas. Ok, tiene mi voto’”.

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La cobertura de temas religiosos de la Associated Press recibe apoyo a partir de una colaboración con The Conversation US, con fondos del Lilly Endowment Inc. La AP es la única responsable del contenido.

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