Premier australiano visitará Francia para reparar relaciones
El primer ministro australiano visitará Francia para tratar de reparar las relaciones bilaterales dañadas cuando el gobierno australiano anterior canceló un importante contrato de compra de submarinos franceses
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, se reunirá la próxima semana con el presidente francés, Emmanuel Macron, para tratar de reparar las relaciones dañadas cuando el gobierno australiano anterior canceló un importante contrato de compra de submarinos franceses.
Albanese anunció el jueves que Macron lo invitó a visitar Francia aprovechando que estará en Europa para asistir a una cumbre de la OTAN en España.
“Necesitamos reiniciar. Ya hemos tenido conversaciones muy constructivas. Hemos cerrado los arreglos que teníamos sobre los submarinos”, afirmó Albanese a la cadena Australian Broadcasting Corp.
En septiembre, Francia reaccionó furiosa cuando el entonces primer ministro Scott Morrison anunció que Australia canceló un contrato de 90.000 millones de dólares australianos (62.000 millones de dólares) para que una empresa estatal francesa construyera una flota de 12 submarinos diésel-eléctricos convencionales.
Hizo el anuncio luego de que Australia había llegado a un acuerdo con Estados Unidos y Gran Bretaña para que ambas naciones le proporcionaran submarinos propulsados por tecnología nuclear estadounidense.
Francia retiró temporalmente a sus embajadores de Estados Unidos y Australia. Macron acusó a Morrison de mentirle sobre el contrato francés que se adjudicó en 2016. Morrison negó la acusación.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le dijo a Macron semanas después que Washington había sido “torpe” en el manejo del acuerdo para la venta de submarinos a Australia. Biden dijo que él creía que Macron ya había sido informado mucho antes de que se anunciara el acuerdo públicamente.
El Partido Laborista, al que pertenece Albanese, llegó al poder en las elecciones del 21 de mayo. Su gobierno anunció hace dos semanas que había acordado pagar al Grupo Naval de Francia una penalización de 555 millones de euros (583 millones de dólares) por anular el contrato. Los legisladores australianos de la administración anterior dijeron que el nuevo gobierno había pagado demasiado.