OPEP y sus aliados se reúnen para decidir sobre producción
La OPEP y sus aliados se reúnen para decidir cuánto petróleo producir en septiembre, en medio de altos precios del crudo y un suministro inestable de energía exacerbado por la invasión rusa de Ucrania
La OPEP y sus aliados se reunieron el miércoles para decidir cuánto petróleo producir en septiembre, en medio de los altos precios del crudo y un suministro inestable de hidrocarburos exacerbado por la invasión rusa de Ucrania.
Debatirán también los efectos de la inflación y de los crecientes casos de COVID-19 en la demanda mundial de combustibles para el otoño, en momentos en que los precios de la gasolina siguen elevados.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo y otros países productores redujeron su extracción durante la pandemia en momentos en que los precios se desplomaron, pero esos recortes expiran en septiembre.
La coalición, llamada OPEP+, ha estado aumentando gradualmente la producción a medida que las economías mundiales se han ido recuperando.
En su última reunión, la OPEP+ decidió aumentar su producción en agosto en 648.000 barriles diarios. Algunos expertos prevén que en septiembre habrá un aumento similar.
“Creemos que la OPEP+ tratará de aumentar lo suficiente su producción para septiembre para satisfacer a consumidores preocupados por los altos precios y por una posible disminución de la oferta, pero no lo suficiente como para alienar a los miembros que tienen una capacidad limitada de aumentar su producción”, expresó Jacques Rousseau, director de la firma de asesoría Clearview Energy Partners.
Algunos países de la OPEP, como Angola y Nigeria, han estado produciendo menos de lo acordado. Entretanto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos tienen más capacidad para aumentar su producción, aunque habrá que ver si lo desean.
Las exportaciones de petróleo y gas de Rusia han decaído debido a las sanciones impuestas a ese país por su invasión de Ucrania. Aparte de eso, Rusia ha reducido sus envíos de gas natural a varios países europeos, elevando los precios, mermando el poder adquisitivo de la población y suscitando temores de una recesión si las naciones no logran almacenar suficiente gas para el invierno.