ONU pide un récord de 4.400 millones de dólares para afganos
La oficina de coordinación de ayuda de Naciones Unidas lanza la mayor petición de fondos de su historia para un solo país, con la esperanza de reunir 4.400 millones de dólares para ayudar a Afganistán
La oficina de coordinación de ayuda de Naciones Unidas emprendió la mayor petición de fondos de su historia para un solo país, con la esperanza de reunir 4.400 millones de dólares para ayudar a Afganistán.
Se trataba de una petición muy ambiciosa para ayudar al empobrecido país, gobernado de nuevo por el Talibán, en un momento en el que la guerra de Rusia en Ucrania acapara buena parte de la atención del mundo.
“Ucrania es de vital importancia, pero Afganistán apela a nuestra alma para pedir compromiso y lealtad”, dijo Martin Griffiths, responsable de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, antes de la presentación oficial de la campaña el jueves. “Sencillamente, el programa humanitario que pedimos es para salvar vidas”.
Menos de un año después de que combatientes talibanes derrocaran al gobierno afgano con apoyo internacional, el país sufre una dura crisis humanitaria y su economía está en caída libre. Unos 23 millones de personas enfrentan una grave inseguridad alimentaria, según Naciones Unidas.
“La economía es demasiado débil para sostener las vidas de la gente corriente, mujeres, hombres y niños”, dijo Griffiths a periodistas el miércoles. “Dadas estas terribles circunstancias, hoy pedimos a los donantes que financien la mayor petición humanitaria jamás lanzada para un único país: Pedimos 4.400 millones de dólares para ayudar al pueblo de Afganistán, en su peor momento de necesidad, para este año”.
La petición es tres veces la suma que pidió la agencia para Afganistán el año anterior, una cifra que se quedó pequeña cuando los donantes vieron las necesidades que habría que cumplir tras el ascenso del Talibán al poder.
“No dudo que no alcanzaremos mañana el objetivo de 4.400 millones de dólares en compromiso, pero trabajaremos en ello”, dijo Griffiths.
Desde la reunión de líderes en la ciudad sureña de Kandahar a principios de marzo, el conservador gobierno talibán ha emitido edictos represivos casi a diario, que recuerdan a su duro régimen a finales de la década de 1990 y alejan más a la comunidad internacional, además de indignar a muchos afganos.
Se ha prohibido que las mujeres vuelen solas y que visiten parques en días concretos, y se ha impuesto la barba y el turbante tradicional a los trabajadores varones. Se han prohibido las retransmisiones de medios internacionales como los servicios en persa y pastún de BBC y ya no se emiten series extranjeras de televisión.
Una inesperada prohibición de última hora al regreso de la niñas a la escuela a partir de sexto grado conmocionó a la comunidad internacional y a muchos afganos. En escuelas de todo el país, las niñas regresaron a los salones el 23 de marzo, cuando comenzaba el nuevo curso afgano, pero fueron enviadas de vuelta a casa.
“La restricción de derechos por género es contraria a los valores que todos apreciamos, y también restringe el desarrollo y la prosperidad futura de este país extraordinario al que estamos aquí para servir y asistir”, dijo Griffiths. “Queremos ver eliminadas esas prohibiciones, esas restricciones”.
“Confío en que eso no implique que los compromisos que tengamos de esta conferencia se vean limitados”, añadió.
Muchos países donantes quieren ayudar a los afganos al tiempo que rechazan al Talibán, temiendo que reinstaure su régimen represor. Sin embargo, la agencia humanitaria sugirió que en algún momento también habrá que restablecerse la implicación política y económica extranjera.
“Es muy importante que con el tiempo, la comunidad internacional interaccione con el Talibán en cuestiones más allá de las humanitarias”, dijo Griffiths. “La ayuda humanitaria no sustituye a otras formas de relación”.
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Gannon informó desde Islamabad.