Noruega multa a app de citas Grindr por privacidad de datos
Agencia noruega sanciona a la aplicación de citas gays Grindr con 65 millones de coronas (7,16 millones de dólares) por enviar datos personales sensibles a cientos de posibles socios publicitarios sin el consentimiento de sus usuarios, lo que incumple las estrictas leyes de privacidad de la Unión Europea
El organismo de control de la privacidad de datos en Noruega sancionó el miércoles a la aplicación de citas gays Grindr con 65 millones de coronas (7,16 millones de dólares) por enviar datos personales sensibles a cientos de posibles socios publicitarios sin el consentimiento de sus usuarios, lo que incumple las estrictas leyes de privacidad de la Unión Europea
La Autoridad de Protección de Datos noruega dijo que impuso su multa más elevada hasta la fecha porque la empresa, con sede en California no cumplió la normativa comunitaria. Noruega no está en el bloque de 27 países, pero sigue de cerca sus normativa.
En 2020, el Consejo de Consumidores de Noruega presentó una demanda contra Grindr por revelar información sobre sus usuarios, incluyendo la ubicación GPS, dirección IP, edad, sexo y el uso que hacían de la app, a terceros con fines publicitarios. Esto permitió identificar a los usuarios y que las terceras partes siguiesen compartiendo su información personal.
La agencia dio que los usuarios “se vieron obligados a aceptar la política de privacidad en su conjunto para utilizar la app” y no se les preguntó de forma explicita si querían permitir que sus datos fuesen compartidos con otras empresas “para publicidad conductual".
“Además, la información sobre la difusión de datos personales no se comunicó adecuadamente a los usuarios", en contra de los que exige la UE para el “consentimiento válido”, agregó.
La decisión de la agencia de protección de datos “envía un fuerte mensaje a todas las empresas implicadas en vigilancia comercial”, señaló el director de política digital del Consejo del Consumidor, Finn Myrstad.
Ala Krinickyte, de la ONG Centro Europeo para Derechos Digitales, dijo que “es sorprendente que la agencia tenga que convencer a Grindr de que sus usuarios son LGBT+ y que este hecho no es una mercancía con la que comerciar”.