No todos promueven reformas policiales en EEUU
La muerte de George Floyd alienta reformas legislativas pensadas para contener los excesos policiales en muchos estados; en otros, sin embargo, no solo no se hace nada sino que se dan más poderes a la policía
La muerte de George Floyd y las protestas que le siguieron dieron paso a una ola de reformas policiales en decenas de estados, desde cambios en las políticas sobre el uso de la fuerza hasta una mayor rendición de cuentas por parte de los agentes. Las legislaturas de un puñado de estados incluso tomaron medidas para combatir las injusticias raciales.
Sin embargo, no se puede hablar por ahora de reformas radicales, transformadoras y, menos todavía, generalizadas. Hay estados que han hecho muy poco o nada, e incluso algunos que directamente se movieron en la dirección contraria.
En Texas, el estado donde nació George Floyd y donde fue enterrado, el senador estatal Royce West fue uno de los impulsores de una reforma policial conocida como la “Ley de George Floyd. El proyecto, no obstante, fue hecho a un lado después de tan solo una audiencia y West, uno de los legisladores de raza negra más prominentes del estado, dice que tiene pocas posibilidades de salir adelante en una legislatura controlada por los republicanos.
“Tenemos gente en el Senado que se niega a aprobar una ley que el nombre de Floyd”, manifestó.
Ahora ensayará otra fórmula a partir de proyectos específicos, sin su nombre, con cambios menores, como prohibir a la policía hacer tomas asfixiantes.
“Hay que preguntarse si queremos simbolismo o sustancia”, dijo West. “Si no tienes los votos para que aprueben un proyecto que lleva el nombre de George Floyd, hay que tratar de sacar adelante iniciativas individuales”.
La condena de un policía blanco de Minneapolis por asesinato, al asfixiar a Floyd apoyándole la rodilla en el cuello cuando estaba tendido en el piso, hizo que surgiesen muchos pedidos de reformas policiales y medidas legislativas para combatir las desigualdades raciales.
Habrá que ver qué tan lejos están dispuestos los estados a hacer frente a la brutalidad policial y el racismo sistémico que se percibe en todo, desde la educación hasta la salud y la vivienda.
El miércoles el gobernador republicano de Utah Spencer Cox estampó puso su firma en una ley que obliga a la policía a informar todo uso de la fuerza y cuando apunta con un arma a alguien. Otro gobernador republicano, Mike DeWine, de Ohio, anunció un proyecto de ley que reforzaría la supervisión de la policía. Y en Nebraska la legislatura considera una propuesta que contempla una mayor rendición de cuentas y entrenamiento de la policía, sobre todo en lo que respecta a cómo calmar los ánimos al intervenir en una situación tensa.
Varias propuestas de reformas, incluida una por la que se inhabilitaría a los agentes acusados de faltas graves, quedaron en la nada el año pasado.
“Llegó la hora de actuar”, dijo el senador estatal de California Steven Bradford, presidente del Bloque de Legisladores Afroestadounidenses. “Basta de arrodillarse, de comentarios en las redes sociales. Ya basta de fingir. Ahora hace falta una reforma policial real”.
En el último año al menos 36 estados aprobaron leyes con reformas policiales, según un análisis que hizo la Associated Press de información de la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales. Entre las reformas aprobadas figuran la prohibición de tomas asfixiantes y restricciones al uso de gases lacrimógenos y otros métodos para controlas multitudes. También se innovó en las investigaciones de balaceras que involucran a la policía.
En varios casos, las iniciativas exitosas tuvieron el apoyo de los dos partidos, pero las reformas más grandes tropezaron con obstáculos, incluso en estados dominados por los demócratas, en parte por la oposición de los sindicatos de policías. Varios estados, de hecho, ampliaron las facultades de la policía y aprobaron leyes pensadas para contrarrestar manifestaciones de protesta como las del año pasado por la muerte de Floyd.
En Oklahoma, donde la propuesta de prohibir las tomas asfixiantes de la policía jamás fue considerada en una audiencia de la legislatura controlada por los republicanos, una nueva ley si aprobada da inmunidad a las personas que hieren o matan a manifestantes con sus vehículos. Hay también proyectos que castigan a los manifestantes en Arizona, Florida y Tennessee
“Los proyectos contra los manifestantes eran aprobados de inmediato”, comentó la representante estatal demócrata de Arizona Regina Goodwin. “Esto me indica que Oklahoma o no está al tanto de los temas que el país enfrenta en relación con el racismo y los abusos policiales, o que hace la vista gorda por el simple hecho de que puede hacerlo”.
Uno de los proyectos más polémicos en la legislatura de New Hampshire, controlada por los republicanos, prohíbe hablar de racismo y sexismo sistémicos en las escuelas públicas. El proyecto, que ya fue aprobado por una cámara, prohíbe decir que New Hampshire, o Estados Unidos, son racistas o sexistas y que la gente es opresiva por naturaleza debido a su raza o su género.
“Si vamos a aceptar eso como sociedad, jamás va a haber unidad”, declaró el representante estatal republicano Keith Ammon.
La representante estatal demócrata Latha Mangipudi dijo que el proyecto era un golpe a la diversidad y la democracia. “Esta negativa a ver la verdad es insidiosa porque niega la realidad que vemos en nuestras propias vidas, que experimentamos, que yo experimenté”, manifestó este mes en declaraciones a WMUR-TV.
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Farnoush Amiri, basado en Columbus (Ohio), integra el equipo de la Associated Press/Report for America Statehouse News Initiative. Report for America es un servicio nacional sin fines de lucro que coloca periodistas en salas de redacción para informar acerca de temas que no reciben atención.
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En este despacho colaboraron periodistas de la Associated Press asignados a las legislaturas estatales de todo el país.