Musk ya tiene oportunidad de erradicar los bots de Twitter
La interminable lucha de Twitter contra las cuentas de spam es ahora un problema de su nuevo propietario: Elon Musk, quien en abril prometió derrotar a la plaga de los bots o “morir en el intento”
La interminable lucha de Twitter contra las cuentas de spam es ahora un problema de su nuevo propietario: Elon Musk, quien en abril prometió derrotar a la plaga de los bots o “morir en el intento”.
Posteriormente mencionó a los bots como razón para retractarse del acuerdo para adquirir la red social. Ahora que el multimillonario ha concretado la compra, se enfrenta a la tarea de cumplir su promesa de expurgar los perfiles falsos que le han preocupado y que han atormentado a Twitter desde mucho antes de que él expresara su interés en comprarlo.
Hay mucho en juego en el desafío. El número de bots importa porque los anunciantes —la principal fuente de ingresos de Twitter— desean saber aproximadamente a cuántos seres humanos reales les están llegando sus mensajes cuando compran publicidad. También es importante para impedir que personas mal intencionadas amasen un ejército de cuentas con el fin de amplificar información falsa o acosar a adversarios políticos.
“Desde mi punto de vista, la visión general es: Cómo hacemos que Twitter sea un mejor sitio para todo el mundo”, dijo Emilio Ferrara, experto en contar bots que durante el verano estuvo trabajando en investigar el problema para Musk. Mencionó el “valor de la plataforma como una experiencia social, como un lugar colectivo para tener debates civilizados y hablar con libertad sin interferencia de cuentas nefastas”, ni estafas, ni mensajes no solicitados, ni pornografía, ni acoso.
Para hallar qué tan malos son los bots, Musk contrató a Ferrara y a otros científicos de datos con el fin de que investigaran. En esa época, buscó demostrar que Twitter estaba engañando al público cuando dijo que menos del 5% de sus usuarios activos diarios eran cuentas falsas o de spam. Si Twitter mintió o retuvo información crucial acerca del conteo de bots, Musk podía argumentar que tenía justificación para dar por terminado el acuerdo por 44.000 millones de dólares.
Ferrara, profesor adjunto de ciencias de la computación y comunicaciones en la Universidad del Sur de California, dijo que él no tenía un interés real en si a la larga Musk acababa siendo propietario de la red social.
En lugar de ello, albergaba esperanzas de que “cualquier hallazgo pudiera ayudar a mejorar la plataforma”, le dijo Ferrara a The Associated Press, hablando por primera vez acerca de su papel previsto como testigo experto de Musk en caso de un juicio.
La interrogante ahora es qué hará Musk con esa información. La presentación de Ferrara —unas 350 páginas de análisis y documentos de apoyo— está bajo llave en archivos confidenciales de la corte, e indicó que no puede dar a conocer sus conclusiones.
Los exdirectivos de Twitter y sus abogados dijeron que Musk exageró tremendamente el problema porque tenía remordimiento de comprador. Los conteos precisos son “casi imposibles” de lograr porque cualquier estimado de bots está basado en suposiciones que pueden derivar en parcialidad, señaló Filippo Menczer, un investigador que no trabajó para ninguna de las partes en la disputa.
“Nadie sabe exactamente qué tan grave es el problema”, dijo Menczer, director del Observatorio de Redes Sociales de la Universidad de Indiana. “Supondría que no está tan mal como Musk dijo ni tan bien como Twitter alegó”.