Migrantes viven penurias en poblado fronterizo de Bosnia
Docenas de familias migrantes con niños pequeños han estado durmiendo a la intemperie en una aldea en la frontera de Bosnia con Croacia a la espera de alguna oportunidad para cruzarla y dirigirse hacia Europa occidental
Docenas de familias migrantes con niños pequeños han estado durmiendo a la intemperie en una aldea en la frontera de Bosnia con Croacia a la espera de alguna oportunidad para cruzarla y dirigirse hacia Europa occidental.
Estas personas, que huyen de la guerra y la pobreza en sus países en Medio Oriente África o Asia permanecen en casas de campaña pequeñas y casas abandonadas sin agua potable ni electricidad.
El poblado Bosanska Bojna prácticamente se vació durante la guerra en Bosnia de 1992 a 1995. Muchas casas continúan desocupadas o muy dañadas. Algunos migrantes en el lugar aseguran que entre ellos hay enfermos pero ningún médico vive cerca de la aldea.
“La situación aquí no es normal, no es buena. Algunas personas están enfermas”, sostuvo el sábado Safirahmad Malikzadeh, originario de Afganistán. “No tenemos sanitarios ni agua para beber”.
Se podía ver a algunas personas bañándose con agua embotellada y a niños jugando sobre las mantas. Varios jóvenes descansaban a la intemperie en bolsas para dormir.
Las autoridades bosnias quieren que los migrantes permanezcan en campamentos para solicitantes de asilo y han prohibido la entrega de ayuda humanitaria a los asentamientos precarios.
Miles de migrantes se encuentran varados en Bosnia, principalmente en campamentos oficiales. Llegaron al país con la esperanza de cruzar hacia Croacia, nación que pertenece a la Unión Europea y de ahí viajar hacia los países ricos de la UE.
La policía croata mantiene una fuerte vigilancia en la frontera e impide a los migrantes cruzarla en forma ilegal. Los policías croatas rechazan las acusaciones en su contra de violencia y abuso hacia los migrantes.
La afgana Arzo Azemy dijo haber intentado varias veces cruzar hacia Croacia desde Bosanska Bojna en los últimos dos meses, pero fue rechazada en cada ocasión. Llorando, la mujer afirmó que la policía croata quitó dinero y otras pertenencias a su esposo la última vez que intentaron cruzar la frontera.