México busca alternativas para caravana migrante
El gobierno mexicano intenta buscar alternativas para unos pocos miles de migrantes que siguen avanzando muy lentamente por el sur del país y mantiene conversaciones con los activistas que los acompañan mientras cunde la desinformación y la desconfianza entre los integrantes de la caravana que temen ser devueltos a sus países
El gobierno mexicano intenta buscar alternativas para unos pocos miles de migrantes que siguen avanzando muy lentamente por el sur del país y mantiene conversaciones con los activistas que los acompañan mientras cunde la confusión y la desconfianza entre los integrantes de la caravana que temen ser devueltos a sus países.
Héctor Martínez Castuera, coordinador de las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM), se reunió el viernes con líderes del grupo para ofrecer posibilidades de regularización en varios estados del país, indicó Luis García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana. Agregó que se instalarían mesas en Acacoyagua, en el sureño estado de Chiapas y donde llegó hoy el grupo tras avanzar apenas cuatro kilómetros, para atender de forma prioritaria a las personas más vulnerables.
El INM ofreció el jueves conceder visas humanitarias a las mujeres embarazadas y menores del grupo, según indicó en un comunicado.
El viernes, una autoridad de la agencia migratoria que pidió el anonimato por no estar autorizada a hacer declaraciones publicas, confirmó a AP que se baraja la posibilidad de trasladar a grupos de migrantes a diferentes estados para analizar en distintas oficinas la situación de cada uno, caso por caso, y que así los trámites fueran más ágiles.
Según García Villagrán, los migrantes que aceptaran serían trasladados a Querétaro, Guerrero, Puebla y Oaxaca, Hidalgo y Morelos donde se les presentarían ofertas de empleo con el apoyo de las agencias de la ONU.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados trabaja con las autoridades mexicanas para facilitar opciones de integración de solicitantes de asilo en varios puntos de México.
Al preguntarle sobre las alternativas para la actual caravana, Giovanni Lepri, su representante en México, dejó la puerta abierta a una posible colaboración. “Si nos lo piden las autoridades, en conjunto con Organización Internacional para las Migraciones podemos expandir el programa para refugiados a personas que tengan estadía regular en el país”, indicó en un breve mensaje a AP.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador emitió miles de visas humanitarias al inicio de su mandato, finales de 2018 y principios de 2019, para intentar regularizar el estatus de muchos de los integrantes de multitudinarias caravanas que entonces transitaban por México.
Pero después de las presiones y amenazas del expresidente Donald Trump, la política migratoria se endureció para apostar por la contención y la devolución de migrantes y miles de elementos de la Guardia Nacional se desplegaron para frenar los flujos, una tónica que se ha mantenido desde mediados de 2019 hasta ahora.
Los activistas que lideran al grupo pidieron a las autoridades regularización para toda la caravana y no solo para mujeres y niños pero al informar a los migrantes faltaba claridad y sobraba confusión y desconfianza hacia cualquier propuesta de las autoridades.
“La verdad no queremos aceptar”, dijo la hondureña Lorena Rodríguez, quien viaja con su esposo Ismael Funes y una bebé de menos de un año y que llevaba tres meses intentando regularizar su situación en Tapachula, de donde el grupo partió el pasado sábado, junto a la frontera con Guatemala.
“Migración lo que quiere es llevarnos para Tapachula o mandarnos para el país de origen", indicó la joven de 19 años. "Tanto sacrificio que hemos hecho, hemos caminado bajo el sol y que vengan con esto no es justo, hemos venido sacrificándonos”, explicó sentada en una acera mientras se guarecía del sol incandescente.
A mediodía del viernes y tras una asamblea en la que la mayoría votó a mano alzada que la caravana seguiría avanzando aunque despacio, dos de sus integrantes discutían acaloradamente sobre el ofrecimiento del gobierno mexicano.
“Estaría bien que si nos van a dar papeles y trabajo. Aceptemos y ya después vemos. Que cada uno decida si continúa a los Estados Unidos”, decía David Mejía, de Honduras.
Su interlocutor reaccionaba molesto y lo llamaba ingenuo por creer que las autoridades cumplirán. “No vamos a aceptar", lanzó otro centroamericano que rechazó dar su nombre. “¿Por qué ahora sí nos quieren dar la regularización? ¿Por qué no nos dieron papeles allá en Tapachula si llevamos mucho tiempo?”.
Una de las razones podría ser la atención mediática que los migrantes reciben cuando se juntan y mueven en grupo.
“La Caravana no es negociable, la caravana sigue”, expresó Irineo Mújica, de Pueblos Sin Fronteras.
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Verza reportó desde Ciudad de México