Los últimos meses del segundo gobierno de Piñera en Chile
El centroderechista presidente Sebastián Piñera está próximo a terminar su segundo gobierno, en el que enfrentó un estallido social, la pandemia y el intento de una mayoría opositora que buscó destituirlo, lo que no logró porque no alcanzó los 2/3 de los votos del Senado
El presidente centroderechista Sebastián Piñera, cuyo segundo período en Chile fue golpeado por un violento estallido social y por la pandemia del nuevo coronavirus, está próximo a traspasar el poder al que podría ser un mandatario ultraderechista o uno izquierdista, según coincidentes sondeos.
Desde el regreso a la democracia en 1990, todos los gobiernos del país sudamericano han sido de centro, lo que podría cambiar luego de las próximas elecciones, en las que los favoritos son el ultraderechista José Antonio Kast, que representa a dos partidos conservadores, y el exdirigente estudiantil Gabriel Boric, apoyado por una alianza entre el izquierdista Frente Amplio y el Partido Comunista.
La centroderecha y los conservadores que llevaron a Piñera al poder por segunda vez en 2018 —su primer mandato fue entre 2010 y 2014— con un 54% de los votos empezaron a distanciarse del mandatario hace más de un año y acentuaron el alejamiento en una época de elecciones: las perdieron todas.
Piñera, de 71 años, alcanzó a gobernar relativamente tranquilo hasta un estallido social que inició por un aumento en las tarifas del metro y fue seguido de protestas masivas contra desigualdades económicas y sociales a fines de 2019. Poco después, a inicios de 2020, la pandemia del nuevo coronavirus golpeó con fuerza al país que, como la mayoría, vio frenarse la economía y casi triplicar el desempleo.
El gobierno desplegó subsidios y préstamos que fueron calificados de insuficientes por la oposición, misma que con el apoyo del oficialismo aprobó leyes que permitieron al 90% de los chilenos que tenían fondos de pensiones retirar un 10% del total. A pesar de la opinión contraria de sus partidarios, Piñera intentó frenar el tercer giro que esperaban millones de personas, lo que dio inicio a un marcado alejamiento de su coalición política.
Uno de los éxitos del gobierno de Piñera fue lograr que la mayoría de los chilenos se vacunara tempranamente contra COVID-19, superando a muchos países ricos. Además, reactivó un proyecto que permite el matrimonio igualitario y que parejas homosexuales puedan adoptar. Pese a las fuertes críticas de sus partidarios, el proyecto está cerca de convertirse en ley.
Tras las crisis empujadas por el estallido social y la pandemia, aumentó la desafección de muchos chilenos de los partidos políticos tradicionales, lo que se reflejó más fuerte en el oficialismo, que perdió consecutivamente varias elecciones, entre ellas, la que este año eligió a los miembros de una convención que escribirá una nueva Constitución. Sólo logró 37 de 155 escaños, quedando la mayoría para independientes de izquierda.
“Parece que no estamos sintonizando adecuadamente con... las demandas y anhelos” de la ciudadanía, dijo Piñera entonces.
A cuatro meses de que concluya su mandato, en marzo de 2022, la oposición de centroizquierda intentó removerlo del cargo en un juicio político que lo acusó de infringir las leyes por supuestamente favorecer la venta de una propiedad familiar y aunque obtuvo mayoría, no logró los 2/3 de los sufragios necesarios para destituirlo. El escándalo se desató tras la publicación de los Papeles de Pandora, una investigación periodística internacional sobre acuerdos en paraísos fiscales.
El senador oficialista Manuel José Ossandón, el único que se abstuvo, dijo al votar que “todos sabemos quién es él, cuáles son sus formas, dónde están sus límites... y lo que ha hecho en su vida política”. Añadió que, sin embargo, los acusadores no presentaron pruebas de los supuestos delitos del mandatario.
Piñera señaló que “sin desconocer los errores que he cometido... seguiré trabajando como lo he hecho desde el primer día”.