Líder africano denuncia presión para elegir bando en Ucrania
El presidente de la Unión Africana afirma que el continente no quiere convertirse en escenario de una nueva Guerra Fría
El presidente de la Unión Africana, Macky Sall, dijo el martes que África “no quiere ser el escenario de una nueva Guerra Fría”, refiriéndose a la presión que se ejerce sobre los gobiernos del continente para que elijan un bando en la guerra de Ucrania.
Muchos países de África dependen en gran medida de las importaciones de cereales de Rusia y Ucrania.
En medio de la escasez, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia ha tratado de retratar a Occidente como el villano, culpándolo de la subida de los precios de los alimentos. Por su parte, los mandatarios de países occidentales han acusado al Kremlin de utilizar los alimentos como arma y de librar una guerra de conquista.
Hasta ahora, África se ha mantenido en cierta medida neutral respecto a Ucrania: Unos 25 países se abstuvieron o no votaron en la resolución de la ONU que condenaba la guerra en Ucrania hace unos meses.
África "no quiere ser el escenario de una nueva Guerra Fría, sino un polo de estabilidad y de oportunidades a disposición de todos sus socios, sobre una base de beneficio mutuo”, dijo el martes Sall, presidente de Senegal, ante la Asamblea General de Naciones Unidas.
“Pedimos una desescalada y un cese de las hostilidades en Ucrania, así como una solución negociada para evitar el riesgo catastrófico de un conflicto potencialmente global”, añadió.
Algunos observadores dicen que los esfuerzos de Rusia y Estados Unidos han sido las campañas de presión más intensas desde la Guerra Fría, cuando el continente fue devastado por guerras instigada desde el exterior cuando Estados Unidos y la Unión Soviética se disputaban la influencia.
El presidente francés, Emanuel Macron, aprovechó su discurso en la Asamblea General de la ONU el martes para presionar a las naciones para que no se mantuvieran neutrales a la hora de condenar la guerra en Ucrania. Declaró que la invasión de Moscú equivale a una nueva forma de imperialismo.
La Unión Soviética respaldó muchos movimientos africanos que luchaban por acabar con el dominio colonial, y el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia ha manifestado su apoyo a una reforma del Consejo de Seguridad de la ONU para dar a los países africanos asientos permanentes y aumentar su influencia.