La guerra en Etiopía cumple un año pese a esfuerzos de paz
La creciente guerra en Etiopía cumple un año entre esfuerzos urgentes por llamar a la calma
La creciente guerra en Etiopía cumplía un año el jueves entre esfuerzos urgentes por llamar a la calma. El enviado especial de Estados Unidos tenía previsto visitar el país, y el presidente de la vecina Kenia pidió un cese el fuego inmediato.
La falta de diálogo “ha sido especialmente preocupante”, dijo el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, en un comunicado. La guerra ha dejado miles de muertos y desplazado a millones de personas desde 2020, y ahora amenaza con llegar a la capital, Adís Abeba.
Fuerzas de la región de Tigray tomaron varias ciudades clave en los últimos día y unieron fuerzas con otro grupo armado, lo que llevó al gobierno del segundo país más poblado de África a declarar el estado de emergencia.
La vocera del primer ministro, Abiy Ahmed, Billene Seyoum, no respondió en un primer momento a preguntas el jueves sobre si el mandatario se reuniría con el enviado especial de Estados Unidos, Jeffrey Feltman, que esta semana insistió en que “hay muchas, muchas maneras de iniciar negociaciones discretas”.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres dijo el miércoles que había hablado con Abiy “para ofrecer mis servicios para crear las condiciones de un diálogo para que se detengan los combates”.
Pero por ahora, los esfuerzos por entablar las conversaciones han fracasado. Un asistente del Congreso dijo la semana pasada a The Associated Press que “ha habido conversaciones sobre conversaciones con funcionarios, pero cuando llegan al nivel de Abiy y los líderes (de las fuerzas de Tigray), las demandas son muchas, y Abiy no quiere hablar”.
En lugar de eso, el primer ministro ha vuelto a llamar a los ciudadanos a alzarse y “enterrar” a las fuerzas de Tigray, que dominaron durante años el gobierno nacional hasta que él llegó al poder. Facebook dijo el miércoles que había eliminado una publicación del mandatario en el que empleó ese término, y afirmó que incumplía sus normas contra la incitación a la violencia. Fue una decisión inusual contra un jefe de Estado o de gobierno.
Por su parte, el Ministerio keniata de Exteriores dijo que “deberían rechazarse” las declaraciones que incitan a los ciudadanos de a pie a sumarse al conflicto. Kenia también ha reforzado la seguridad en sus fronteras por temor a una oleada de etíopes que huyan de la guerra, conforme se expande una de las peores crisis humanitarias del mundo.
Todos los bandos en la guerra han cometido abusos, según anunció el miércoles una investigación conjunta de derechos humanos de Naciones Unidas. Millones de personas en la región de Tigray, bloqueada por el gobierno, no pueden recibir ayuda humanitaria.