Kinzinger libra la batalla anti-Trump desde adentro del PR
Sabe que rema contra la corriente, pero Adam Kinzinger, el legislador republicano que con más vehemencia ha cuestionado a Donald Trump, está dispuesto a librar la batalla
Adam Kinzinger vino a Texas a cazar unicornios.
Buscaba republicanos como él, legisladores que creen que Donald Trump es una calamidad para el partido y una amenaza a la democracia.
En su primer día en el estado se reunió con otro republicano afín, el expresidente George W. Bush hijo. En el segundo almorzó con Michael Wood, el único candidato republicano anti-Trump en una contienda especial del sábado por una banca en la cámara baja.
Kinzinger, un piloto de la fuerza aérea de 43 años que hizo misiones en Irak y Afganistán, se presenta como el principal antagonista de Trump en un partido republicano que se resiste a abandonar al expresidente. Creó una organización política, Country First (Primero el País) que apoyó a todos los representantes republicanos que votaron a favor de hacerle un juicio político a Trump por incitar la insurrección del 6 de enero, con la toma del Congreso
Kinzinger no descarta apuntarse para cosas más grandes y vino a Texas a ver cómo les va a otros republicanos que piensan como él.
Su deseo es que Wood, otro veterano de guerra novato en la política, consiga destacarse entre 23 candidatos. Si nadie saca el 50% de los votos el sábado, los dos más votados irán a una segunda ronda.
“Lo de Trump no va a ninguna parte. No crece”, declaró Kinzinger en su almuerzo con Wood en un suburbio de Dallas. “Le tomó mucho tiempo al Partido Republicano llegar a donde está hoy. Y podría tomar mucho tiempo sacarlo de aquí”.
La contienda por el escaño que quedó vacante tras la muerte de Ron Wright en febrero por el coronavirus no ha generado mucha atención. Pero permite ver la interna de un partido Republicano desgarrado. Hay diez republicanos entre los 23 candidatos y, con excepción de Wood, todos se desviven por recibir el apoyo de Trump y sus partidarios.
Brian Harrison fue jefe de personal del Departamento de Salud y Servicios Humanos bajo el gobierno de Trump y trata de explotar eso. Lo mismo hace Sery Kim, quien trabajó en la Administración de Pequeños Negocios y pidió abiertamente a Trump su respaldo en una presentación en Newsmax, en la que dio incluso su número de teléfono. Dan Rodimer, un exluchador profesional, destaca el apoyo que le brindó Trump el año pasado cuando se postuló sin éxito a una banca de Nevada
Al final de cuentas, cinco días antes de la votación, Trump brindó su apoyo a la viuda de Wright, Susan Wright, quien es considerada la favorita.
Kinzinger rema contra la corriente. Algunas encuestas indican que 8 de cada 10 republicanos apoyan a Trump.
El expresidente cree que Kinzinger no tiene futuro. Cuando alguien le preguntó por él a su portavoz Jason Miller, este respondió que el legislador era “un futuro colaborador de MSNBC”.
Wood, sin embargo, recibió apoyo financiero y moral de otros detractores republicanos de Trump, incluidos los representantes Liz Cheney, David Valadao y Peter Meijer, que también votaron por hacerle un juicio político a Trump.
Kinzinger dijo que lo que le gustó de Wood es el coraje político que mostró este ex infante de marina de 34 años. Wood fue abucheado en actos republicanos por decir que en el Partido Republicano había un “culto a la personalidad”. Los panfletos que distribuye arrancan diciendo que “el Partido Republicano perdió el rumbo”.
En una entrevista, Wood, quien tiene un pequeño negocio, comparó a Trump con un autócrata “menos inteligente, perezoso y desorganizado”, como el emperador romano Julio César. Advirtió que la libertad correrá peligro si no se frena a Trump.
“No quiero ir al Congreso si tengo que lamerle las botas a Donald Trump para llegar allí”, manifestó.
Kinzinger sabe mejor que nadie lo difícil que es persuadir a los republicanos de que hay que rechazar a Trump. Su equipo ordenó hace poco una consulta que comprobó que sus más fervorosos partidarios son lo que un asistente describió como “unicornios”: Republicanos moderados, que no ven Fox News regularmente, rechazan las teorías conspirativas y son gente con estudios avanzados.
Wood dice que el 35% de los votantes que participarán en la elección del sábado comparten esos puntos de vista. Otros afirman que son muchos menos.
Esto no quiere decir que no haya señales de alarma para Trump y su gente.
Trump ganó el distrito del norte de Texas por más de diez puntos en el 2016 pero solo por tres el año pasado, reflejo de los vuelcos que se están registrando en los suburbios, más proclives a votar por los demócratas.
Frente al juzgado municipal de Mansfield, sin embargo, pocos apoyaban a Wood esta semana en la cola de gente que esperaba para votar por adelantado. Una persona dijo que Wood estaba traicionando el país, otro lo describió como una vergüenza.
“No hay republicanos anti-Trump. Debería buscarse otro partido”, expresó Gordon Powell, un jubilado de 71 años.
Yvette Williams, una afroestadounidense de 54 años, dijo que consideraría a Wood si no fuese a votar por un demócrata.
“¿Quién se anima a plantársele a Trump en el Partido Republicano?”, expresó, añadiendo que a veces “una persona puede marcar la diferencia”.
Hay diez candidatos demócratas, pero ninguno parece tener posibilidades.
Kinzinger recibió el apoyo de al menos un prominente republicano de Texas, George W. Bush, con quien se reunió aproximadamente una hora el lunes. Dijo que hablaron de política exterior, del apoyo de los evangélicos a Trump y de su preocupación por la dirección que tomó el partido.
“Obviamente le preocupa el estado de cosas y sabe que tomará tiempo enderezar el rumbo”, expresó Kinzinger. “Pero, si no lo intentas, no vas a ninguna parte”.
Un portavoz de Bush desistió de hablar del encuentro.
Wood, por su parte, sostuvo que es hora de que más republicanos condenen públicamente a Trump.
“Espero que, gane o pierda, al menos le haya mostrado al resto del país que hay gente dispuesta a levantar su voz y decir estas cosas”, manifestó. “Para ser honesto, me molesta un poco que alguien como yo tenga que decirlas. Deberían venir de los líderes de la Cámara de Representantes y del Senado, de los republicanos de todo el país”.